14 oct. 2025

La opinión pública y el presidente

Estamos, sin duda, pasando por una coyuntura política muy compleja. Uno de los factores que ha enturbiado las aguas ha sido la denominada “crisis de los sobres” en las que el presidente y la primera dama han sido cuestionados por el uso de efectivo en relativamente grandes cantidades para pagos diversos. Hecho que fue revelado por el personal asignado a la casa presidencial, luego de que estos fuesen acusados de haber sustraído sobres con dinero y sometidos a un polígrafo para verificar la credibilidad de sus declaraciones de inocencia.

Este hecho ha marcado un nuevo punto de inflexión en la imagen del presidente. Sumándose a otros señalamientos, como, por ejemplo, su vinculación con el holding de ueno, en el sector financiero, la inauguración de una mansión en la villa veraniega de San Bernardino, los rumores en el sector privado de que las licitaciones del Estado e Itaipú están sesgadas y dirigidas, en su beneficio, entre otros. Esta sucesión de críticas y observaciones han sido recogidas por los medios críticos y retomadas en las redes sociales, afectando seriamente la credibilidad del presidente.

Luego de dos años de gestión, y como resultado de estos sucesos, se especula respecto al fin de un período inicial en que al presidente se lo asociaba con rasgos más bien positivos, tales como su formación profesional, su juventud, y sus deseos aparentemente sinceros de llevar al país por la senda de un desarrollo acelerado. Hoy, las cosas no están tan claras. Por ello, es importante que nos preguntemos respecto al estado de la opinión pública respecto al presidente y su gestión.

Coincidentemente, un centro de pensamiento paraguayo, el Centro Interdisciplinario de Investigación Social (CIIS), acaba de dar a conocer los resultados de una encuesta nacional que hace preguntas relacionadas con nuestra inquietud. La encuesta se realizó en los meses de julio y agosto de 2025 y ante la pregunta de “¿cómo evalúas la gestión del presidente Santiago Peña?” las respuestas señalan que 3.1% dice “muy buena”, 13.3% “buena”, 35.1% “regular”, 24.8% “mala”, 21,2% “muy mala” y 2.5% “no sabe”. En su consolidado, la encuesta habla de una opinión positiva de 16.4%, una negativa de 46.0%, y una regular de 35.1%. Ante la pregunta clave de “¿cómo califica la situación económica del país?”, las respuestas también son reveladoras, pues 1.8% responde “muy buena”, 8.7% “buena”, 42.1% “regular”, 30.8% “mala”, 15.9% “muy mala”, y 0.6% no responde.

Ahora bien, estas evaluaciones de la gestión y la situación económica no necesariamente repercuten en la misma proporción en las evaluaciones de la “imagen” del presidente, pero hay coincidencias. Primero, hay que decir que el presidente es el político más conocido en el Paraguay, seguido muy de cerca por Horacio Cartes, según la encuesta. En el caso de Santiago Peña, la opinión sobre su imagen es: 7.7% “muy buena”, 20.6% “buena”, 24.4% “regular”, 22.7% “mala”, y, 23.5% “muy mala”. Curiosamente, Horacio Cartes tiene menos imagen negativa que Santiago Peña. El ex presidente tiene 41% de imagen negativa (mala y muy mala), mientras que Peña tiene 46% de imagen negativa.

El análisis del CIIS es relativamente cauto en su apreciación. Ellos sostienen que existen oportunidades para mejorar las opiniones sobre la situación y la imagen. Una de ellas es esa respuesta que tiene que ver con lo “regular”. Esta puede ser una opinión más escéptica y crítica, pero flexible o elástica, y mucho depende de la corrección de rumbo y los énfasis en la gestión en los siguientes años. Una de las pautas importantes es evaluar si le conviene al presidente pasar a una “fase pugilística”, como lo hizo recientemente en Areguá, acusando a los grupos empresariales ligados a los medios críticos de estar frustrados por no acceder a los contratos con el Estado. Ese tipo de actitud lo pone a la defensiva y, para esa opinión más escéptica y crítica, tal actitud puede reflejar que hay algo que ocultar.

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