Bernardo Mazacote, líder de la aldea La Madrina, hizo un urgente llamado a las autoridades, al destacar el impacto devastador de esta crisis en la salud y el bienestar de su pueblo.
“La situación de nuestra gente es desesperante. El acceso al agua potable es casi inexistente en La Madrina y en las demás aldeas de la comunidad”, manifestó Mazacote.
El indígena demostró la angustia de un pueblo que lucha por sobrevivir en condiciones cada vez más precarias.
La falta de este recurso básico no solo afecta la higiene diaria, sino que también aumenta el riesgo de enfermedades, comprometiendo gravemente la salud de niños y adultos.
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La comunidad El Estribo, perteneciente al pueblo Enlhet, vive una realidad que se repite en otras aldeas de la región, donde la provisión de agua no es suficiente para cubrir las necesidades básicas.
Mazacote clamó por una solución inmediata, pidiendo a las autoridades gubernamentales que intervengan de manera urgente para proveer este recurso vital.
La crisis hídrica en esta región del Chaco no es un problema nuevo, pero se agudiza con el paso del tiempo, poniendo en evidencia la vulnerabilidad de las poblaciones indígenas. La falta de acceso a servicios básicos como el agua potable dificulta su desarrollo, perpetuando un ciclo de pobreza y exclusión.
La petición de Mazacote resuena como un recordatorio de que el acceso al agua es un derecho fundamental que, en el Chaco paraguayo, sigue siendo un privilegio para unos pocos y una lucha diaria para muchos. Las autoridades tienen la palabra.