Los asegurados del IPS deben soportar todo tipo de falencias en el servicio. Estas deficiencias persisten y son transversales a diversos gobiernos. Por eso, teniendo en cuenta ya el calvario que deben padecer para acceder a una consulta o atención, la situación del IPS no está para una huelga de los anestesiólogos. Independientemente del fondo del reclamo, las partes tienen que llegar a un acuerdo para no agudizar el sufrimiento del asegurado, que urge de una atención eficaz. En la institución claramente hay muchos desafíos pendientes.
Los asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS) no están para afrontar y sufrir una huelga de ningún sector del ente, atendiendo que ya el servicio es muy deficiente y si se concretara este tipo de medidas la situación se agravaría mucho más de lo que ya hoy deben soportar los usuarios.
La mala atención viene de años y no existe un cambio que brinde un mejor servicio. Pasan los administradores del Instituto, pero la situación para los asegurados sigue siendo la misma: un vía crucis para acceder como mínimo a una consulta adecuada. Por ello, una eventual huelga sería otro dolor de cabeza para los asegurados.
En este contexto, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) procedió a la suspensión por un plazo de 15 días de la huelga de los anestesiólogos prevista desde el martes pasado. Atendiendo a que, estimativamente, entre 100 y 300 cirugías y diagnósticos iban a ser afectados diariamente, el MTESS adoptó dicha determinación por el lapso aludido en que proseguirán las negociaciones.
Concretamente, para salvaguardar el derecho fundamental del servicio de salud pública indispensable y garantizar la atención, se decidió suspender la medida de fuerza, según la Resolución N° 386/2024.
Considerando las consecuencias que podría acarrear cualquier tipo de huelga en el IPS, que de por sí ya tiene una serie de falencias en su prestación, es de esperar que las partes puedan llegar a un acuerdo y definitivamente dar tranquilidad a los asegurados, independientemente del derecho que tienen los anestesiólogos a realizar sus reclamos y sin entrar a juzgar el fondo de la cuestión.
Además, las deficiencias para el agendamiento de turnos persisten y nada cambió en ese aspecto. Tal es así que continúa el ineficiente servicio del call center y vía web en Mi IPS. Por eso es que los asegurados suelen concurrir desde la madrugada a hospitales de la previsional para sacar turnos, que se traduce en un verdadero calvario por las largas filas.
Y se registraron diversos casos de citas médicas que se programaron recién para varios meses después, por lo cual aquellos que debían acudir de forma inmediata a un profesional de la medicina debieron optar por un hospital privado.
A esta lamentable situación, la falta de medicamentos e insumos es otro de los problemas que cargan finalmente sobre las espaldas de los asegurados. Los familiares deben recurrir con prontitud y sacar de cualquier lado el dinero para comprar los fármacos, porque al final está en juego la salud y la vida misma del paciente.
Tan grave está la situación que la Asociación Nacional de Asegurados del IPS (ANAIPS) pidió que se declare emergencia sanitaria en las redes de salud del IPS, debido, puntualizaron, a las falencias del sistema de salud, como el reiterado déficit de medicamentos, las barreras para el agendamiento de consultas y estudios médicos, insuficiente cantidad de médicos especialistas y otros. La ANAIPS incluso salió de la mesa técnica de salud —instancia de diálogo propuesta por el IPS—, debido a que sus peticiones no han tenido eco ante el argumento de que no hay presupuesto.
Mucho es lo que debe mejorar Previsión, es una expresión que se repite, pero que no tiene una respuesta que se concrete en soluciones para los verdaderos dueños del ente. Es hora de que esto cambie, parece una utopía, pero que definitivamente hay que seguir alzando la voz por una prestación eficaz. La gente lo que quiere es que se le atienda rápido y bien.
La actual administración, a cargo del doctor Jorge Brítez, tampoco ha mostrado señales de superación. Claramente, tiene importantes desafíos pendientes.