En Yabebyry, muchas viviendas de la zona urbana y de las compañías Baúles, Tava’i, Hugua’i y Panchito López están inundadas. Sus habitantes reportaron pérdidas de cultivo de autoconsumo y de renta. En la zona, los animales vacunos ya no tienen qué comer porque los piquetes donde se alimentan están anegados por el desborde de un arroyo. En varios puntos del distrito, el servicio de suministro de energía eléctrica se encuentra interrumpido; situación similar atraviesan los pobladores del asentamiento Misiones Poty, en Ayolas.
“Esperamos un poco para que los distritos declaren la emergencia para que todos, gobernador, concejales departamentales y los intendentes, podamos trabajar coordinadamente para hacer frente a esta situación”, afirmó la concejala Gloria Moreno Del Puerto, presidenta de la Junta Departamental de Misiones.
Existe mucha preocupación en Villa Florida –apuntó–, donde está latente que aumenten las familias afectadas por el desborde del río Tebicuary. Hasta el momento, son 195 familias damnificadas; pero como las lluvias persisten, temen que el número vaya en ascenso; en especial, en los barrios Manga Yvyra y Manga Itá.
CRISIS SOCIAL. En Ñeembucú se agrava la crisis social por las inundaciones. Lo más complicado, hasta ahora, son cultivos de productos para el consumo familiar que se perdieron en su totalidad; incluso ya se observa muerte de animales, según el reporte de productores pecuarios y autoridades locales. En los distritos de Guazú Cuá, Tacuaras, la mayoría de los campos están inundados. Miles de hectáreas continúan bajo agua. “Los productores están sacando animales a las zonas más altas”, afirmó Javier Rolón, productor de la zona. Indicó que allí cayó más de 400 mm de agua en abril. Todos los caminos vecinales y rutas están intransitables. La llegada del frente frío y la llovizna dispararon la señal de alarma del sector rural. “No es solo una lluvia, son muchos días de temporal y para la gente es una cuestión muy difícil de enfrentar”, dijo.