Son parte de nuestro día a día y noche tras noche, por más de que no sean nuestros. Sabemos de su presencia porque algunas veces convierten el techo o el vecindario en un auténtico campo de batalla cuando luchan por el amor de una canina o gatuna dama. Sobre todo en la noches de plenilunio, lo que impide conciliar el sueño.
En otras ocasiones, son quienes nos acompañan hasta la parada del ómnibus al salir de casa o los compañeros que nos reciben luego de una larga jornada. Para muchas personas, incluso llegan a ser la única compañía en sus solitarias vidas.
Por estas y otras situaciones, de alguna u otra manera, los perros y gatos callejeros forman parte de la vida de cada uno. Como todo ser vivo, también merecen el cuidado y la atención que recibe cualquier mascota. Aunque no faltarán aquellos mal llamado humanos que saldrán de su jaula protestando por ello.
Sobre todo teniendo en cuenta que al no ser de nadie, estos animales están expuestos a enfermedades, maltrato, desnutrición y abandono. Esto está potenciado por las condiciones precarias en las que viven.
Desde el Programa Nacional de Control de Zoonosis y Centro Antirrábico Nacional señalan que cualquier persona puede colaborar en cambiar las condiciones de vida de la decenas de gatos y perros abandonados.
¿Qué podemos hacer desde nuestro lugares?
Una de las recomendaciones desde el programa, es ofrecer a estos animales comida y agua limpia, que deben estar en un lugar accesible. Recuerdan además controlar el agua cada día y cambiarla, para evitar que sea un criadero de mosquitos.
Brindarles abrigo o refugio temporal que esté cubierto y fabricándolo de una caja de cartón o manzana, es otra buena acción para los gatos y perros sin dueños. Deben tener además telas que permitan darle comodidad y abrigo. La casita los protegerá del sol, la lluvia, del calor y frío excesivo.
En caso de encontrar animales heridos, con signos visibles de enfermedad, pueden contactar con organizaciones protectoras, veterinarios o incluso el mismo programa de zoonosis.
La esterilización es otra recomendación para evitar la reproducción descontrolada de la colonia o la jauría. La vacunación contra la rabia, que incluso puede hacerse gratuitamente en el centro antirrábico, es uno de los consejos más importantes.
La adopción o apadrinar a las organizaciones que trabajan en la la protección de los animales, también puede servir de gran ayuda en esta tarea.
Denunciar el abandono y la crueldad hacia estos seres es otro compromiso que puede tomar la ciudadanía.
Crear educación y conciencia, promoviendo el respeto hacia todos los seres vivos es clave para construir una sociedad más justa y solidaria.
Tanto el centro de zoonosis como el centro antirrábico enfatizan que es necesario el compromiso colectivo para que los animales puedan acceder a una vida digna y libre de sufrimiento.