23 may. 2024

Enviaron a la cárcel a los siete policías envueltos en robo

Prueba. Los  agentes de la policía guardan el dinero.

Prueba. Los agentes de la policía guardan el dinero.

Finalmente fueron llevados a prisión los siete policías imputados por robo agravado y hurto. Los detenidos son los suboficiales Nery Marcelo Núñez, Pedro David Cáceres Villalba, Bonifacio Fabián Britos Benítez, Joel Antonio Arriola Pesoa y Vicente Raúl Cáceres Villalba, quienes soportan cargos por robo agravado. Los otros son la oficial primero Karina Beatriz Caballero Giménez y el suboficial Alcides Moura Leguizamón, quienes afrontan una investigación por hurto.

Los cinco primeros fueron trasladados a la Agrupación Especializada, donde guardarán reclusión; mientras que los dos últimos se encuentran recluidos en una dependencia de la Dirección de Policía de Alto Paraná.

La disposición es de la jueza Penal de Garantías de Presidente Franco, Carina Frutos Recalde. La pesquisa corresponde a dos causas penales, llevados por los fiscales Alcides Giménez Zorrilla y Claudelina Corvalán.

Según la investigación, el hecho de robo agravado habría ocurrido el 18 de marzo último, en horas de la tarde, en una vivienda ubicada en la calle Ypané del Área 5 de Presidente Franco. Resultaron víctimas 15 ciudadanos orientales, que presuntamente fueron despojados de 100 mil dólares.

Refieren los datos que una de las víctimas, a bordo de un taxi, habría llegado a la casa y cuando abrió el portón para ingresar, de forma abrupta entraron a la casa los cinco policías, que estaban fuertemente armados.

Los agentes habrían robado el millonario monto de dinero y también los equipos de la cámara de seguridad.

Una vez consumado el hecho, los policías salieron de la vivienda, pero fueron sorprendidos en frente por una comitiva de la Fiscalía y agentes de Investigación de Delitos de la Policía.

Tras tomar intervención en ambas causas, los fiscales imputaron a los siete uniformados por los delitos ya mencionados.

Más contenido de esta sección
Demasiados episodios grotescos en una semana como para no dedicarles unas líneas.
Tras las impactantes revelaciones que se obtuvieron con la operación Dakovo, que logró exponer tan explícitamente los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas, sobrevino una situación por de más escandalosa: la implicación de altos militares en actividades criminales. Esta fue sin dudas una dolorosa comprobación del elevado nivel de infiltración del poder mafioso dentro de las instituciones del Estado paraguayo. Además de ser profundamente vergonzoso, esto implica un ataque a la democracia.
El Congreso Nacional rompió récord esta semana con el proyecto de la ley de superintendencia; los senadores tardaron 15 minutos para aprobar; los diputados 11 minutos. En una convulsionada jornada, los diputados también aprobaron ley que suaviza penas para corruptos y los senadores salvaron al cartista Hernán Rivas, acusado de tener un título falso de abogado. Y como les quedó tiempo, también mutilaron la ley de puerta giratoria. Este es el espantoso combo navideño que el Parlamento le ofrece al pueblo paraguayo.
Los impactantes resultados de la operación Dakovo lograron exponer en forma explícita los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas. En nuestro país, logró la detención de más de una decena de personas involucradas en un esquema de tráfico internacional de armas y una nota gravísima, entre los detenidos están un militar de alto rango así como ex funcionarios de la Dimabel. Es muy preocupante la manera en que la mafia y el crimen organizado están socavando nuestra soberanía y nuestra democracia.
No fabricamos armas, pero las comercializamos en cantidad industrial. No producimos cocaína, pero el país es depósito, ruta y puerto de embarque de cantidades industriales que llegan a los principales mercados del mundo.
Eduardo Nakayama abandona el PLRA. Solo y apresuradamente, dicen. Quién sabe. Explica que no ve ninguna posibilidad de que su partido pueda desprenderse de la infiltración cartista. Desde adentro ya no hay nada que hacer, sostiene.