La amenaza de aplicar mayor impuesto por la administración de Donald Trump al Brasil, que sería del 25% al 50% para el acero y aluminio en junio de 2025, y un nuevo arancel del 50% sobre el cobre y todos los productos brasileños a partir del 1 de agosto de 2025, probablemente incrementará la demanda de acero, aluminio, cobre y plásticos en países limítrofes como Paraguay, Argentina, Bolivia, Perú y Uruguay, principalmente de manera ilegal.
Antonella Silvera, gerente general de la Cámara de Industrias Sustentables del Paraguay (Cispy), explicó que el incremento del contrabando de cobre, aluminio, acero y plásticos desde estos países hacia Brasil, especialmente desde Paraguay, se verá impulsado por la demanda de materia prima barata por parte del gigante sudamericano, la porosidad de las fronteras y el historial de contrabando en la región.
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Silvera informó que en el 2024, Brasil exportó USD 6,37 mil millones en acero y USD 267,1 millones en aluminio a EEUU.
Sostuvo que estas medidas, motivadas por razones comerciales y políticas (como el juicio a Jair Bolsonaro), generan la demanda de materia prima más económica, favoreciendo al contrabando regional hacia el Brasil, además de un exceso de oferta en Brasil que deberá buscar nuevos mercados. El contrabando de cobre, aluminio, acero y plásticos desde estos países hacia Brasil, especialmente desde Paraguay, se prevé que aumente significativamente, aprovechando rutas establecidas como el Puente de la Amistad y Pindoty Porã, y la falta de controles aduaneros.
“Entendemos que este aumento en los aranceles tendrá una repercusión importante en el contrabando en el Paraguay. Ya que Brasil debe cumplir con sus demandas y abaratar sus costos. Ahí complementando desde la Cámara sabemos que este aumento del contrabando por frontera seca tiene dos problemáticas importantes en nuestro país; una de ellas es la informalidad económica. El contrabando no responde a las normas tributarias ni aduaneras. El comercio ilícito de estos rubros (cobre, plástico y aluminio) representó USD 20 millones en el 2024, información que la obtuvimos gracias a estudios internacionales”, informó.
CONTRABANDO
La entrevistada sostuvo que la exportación legal debe pagar entre impuestos la suma de 27 a 30% en Brasil y del 18 al 20% en Paraguay. Por lo tanto, el material que va de manera legal debe pagar entre 50 y 55% y el material que va de contrabando no debe pagar eso.
“El lado brasileño que paga por esto tiene un incentivo que es mucho más barato. Al tener esa presión arancelaria es una opción viable seguir comprando de manera ilícita. El mercado local no puede competir, ya que se trata de un 50% menos”, informó.
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PROBLEMA DEL MEDIOAMBIENTE
Señaló finalmente que el Paraguay firmó el Acuerdo de Basilea, que trata sobre el manejo correcto y adecuado de materiales reciclables, entre ellos residuos metálicos. Ahí el organismo que actúa es el Ministerio del Ambiente (Mades). No obstante, esto no se cumple debido al contrabando.
“Ellos controlan las licencias ambientales, los certificados de no peligrosidad y este comercio ilícito no responde a ningún tipo de certificación. Es una problemática muy grande a nivel país porque es un problema del medioambiente, no solo tributario y aduanero. No existe un control adecuado de estos residuos que debe ser acompañado por una trazabilidad, eso no se tiene y repercute a nivel ambiental”, culminó.