El presidente de la República, Santiago Peña, aún sigue extendiendo la agonía de varios de sus colaboradores y, pese a los cuestionamientos, se resiste a realizar cambios dentro de su primer anillo, una jugada poco común en comparación con otros ex mandatarios, una muestra del poco apego que tiene el titular del Ejecutivo a golpear la mesa y buscar mejorar la gestión en las diversas carteras de Estado.
Una de las ministras más cuestionadas, y para muestra vale un botón, es la titular de la cartera sanitaria, María Teresa Barán. En el Ministerio de Salud, el horno no está para bollos.
La falta de insumos médicos, de profesionales de blanco y la repartija de cargos en distintas dependencias y direcciones de Salud ponen en jaque al Gobierno de Peña. Pese a ello, Barán, hasta el momento, sigue en el cargo.
Otro de los ministerios más cuestionados durante este segundo año de gestión presidencial es el Ministerio de Tecnología de la Información, a cargo de Gustavo Villate. Los constantes hackeos sufridos por distintas dependencias del Estado en los últimos meses puso en tela de juicio la administración de Villate. Pese a ello, sigue firme en el cargo. La ola de inseguridad creciente y sin visos de solución es una piedra en el zapato para Peña, que mira silenciosamente cómo cada día la ciudadanía vive en zozobra constante. El titular del Ministerio del Interior, Enrique Riera, persiste en su cargo. Otra de las cabezas que sectores de la oposición y gremios de docentes exigen, es la del ministro de Educación, Luis Ramírez.