Blas Brítez
Un hojario, una palabra que no existe, merece una explicación, ¿no? ¿Es un lugar donde cabe todo?
A poco de iniciar la tarea de recopilación de escritos, de los reunidos en el libro, me asaltó la idea de darle un nombre a la obra en ciernes. Por entonces, ya había resuelto lo que quería: Mostrar mi producción escrita hasta aquí, todo cuanto de ella me pareciera rescatable teniendo en cuenta el viejo recado de que “... Lo mejor es enemigo de lo bueno”. Y cuando resolví poner cuentos, poemas, discursos y entrevistas, lo primero que comencé a juntar, me di cuenta de que era un conjunto de hojas dispersas, en estilos diferentes y también sobre temática variopinta. Y de pronto, se me iluminó la mente con el neologismo: Hojario, una colección de hojas dispersas. Y así surgió el nombre. Dicho esto, un Hojario es para mí un lugar donde cabe cualquier hoja que contenga la palabra escrita...
¿Hay una o varias ideas que jalonaron la elección y el orden de los textos, una línea secreta que los una?
Procuré, hasta donde me fue posible, que los textos mantengan cierto mínimo rigor estético. De hecho, hay partes del libro que a mí me gustan más que otras, pero esas otras también tenían derecho a estar si de una colección de hojas dispersas se trata. En cuanto al orden, él fue surgiendo muy intuitivamente, poniéndome en la piel del futuro lector, es decir, el orden obedece a como a mí me hubiera gustado leer el libro. En cuanto a la línea secreta que los una, definitivamente, es mi pasión por la condición humana: Eso tienen en común estos textos.
La música y la poesía parecen tener lugar central en este libro.
Definitivamente sí, como no podía ser de otra manera. Siempre he sostenido y lo subrayo ahora: Integrar Sembrador es una de las cosas más notables y queribles que me pasó en la vida. Y la música de Sembrador y del Nuevo Cancionero me marcaron no solo en el arte, sino en una forma de vida. Luego, este libro debía trasuntarlo de alguna manera.
También publica cinco cuentos, ¿por qué no los había reunido en un volumen antes?
Porque nunca hubo el tiempo necesario para escribir cuando menos cinco más que valieran la pena. Y publicarlos aquí es una forma de mostrar otra faceta no solo de mi escritura sino también de mi alma... Igual, después, con el tiempo, pueden agregarse esos que esperan en algún lugar de la imaginación y, sumados a estos, hacer un volumen de cuentos más ponderable.
En sus discursos y “artículos suelos” se dedica a homenajear, recuperar figuras célebres u olvidadas. ¿Es una actitud de la memoria?
Claro, porque nunca escribí sobre lo que no me interesa. Me explico: Soy básicamente un profesor de Historia metido a artista, y es natural que ese rescate al que alude la pregunta, se manifieste en ese capítulo del libro...
¿Cómo ve al país hoy en el ámbito cultural y político?
En el ámbito cultural, en ebullición, para bien... Y en lo político, en ebullición, para mal...
Entrevista