15 may. 2024

El Estado en la interna

La imputación a Mario Abdo y sus ex funcionarios desnudó la verdadera interna colorada. El control que tenía el cartismo días antes, que mostró unidad antes de la convención, finalmente reveló su estado real.

El Partido Colorado se dividió en dos, pero una de las partes está sin fuerza y necesariamente sometida al poder de Honor Colorado, que tiene todo el Estado cooptado y un poderío económico que lo hace expandirse hacia el sector privado, también controlado por el cartismo.

Hoy todo el Estado depende de la interna colorada. El comando nacional de Honor Colorado, del que forman parte las principales cabezas del gobierno, como el presidente Santiago Peña, toma decisiones clave para el futuro del país. Pero tiene una particularidad: La presencia del abogado de Cartes.

Pedro Ovelar fue aparentemente el gestor de la causa contra Abdo, según las conversaciones de WhatsApp que fueron filtradas, y es miembro del comando. Su influencia en el caso obligó a la Fiscalía a cambiar a los dos fiscales que investigaban al ex presidente.

Este movimiento controla el gobierno y también a las instituciones de justicia. No hay nada posible de ser construido por fuera del Partido Colorado en estas condiciones.

La oposición recibió un golpe duro luego de la expulsión de Kattya González que terminó de debilitarla, y la disidencia fue disciplinada con mensajes contundentes.

De hecho, la disidencia actualmente ya no está para hacer contrapoder, está para sobrevivir sacando rédito al poder, porque si ingresan al oficialismo se diluyen. Su valor radica en esa ubicación estratégica de ser disidencia, porque les da margen para negociar tanto con el oficialismo como con la oposición.

Por otro lado, los legisladores de otros partidos que se suman o vuelven a la ANR son una señal de un proceso fallido de construcción llevado adelante por la oposición, sin dejar de reconocer que construir un proyecto alternativo al Partido Colorado es una tarea muy difícil, por su disponibilidad de la estructura estatal y un elevado financiamiento del crimen organizado y del lavado de dinero.

Hoy por hoy, el proyecto oficialista no tiene traba alguna dentro del Congreso, ni a nivel de gobiernos locales. Para que un sector no alineado pueda llevar adelante una iniciativa deberá negociar necesariamente con las bancadas coloradas. Todo lo que puede construir la oposición hoy está fuera de Congreso, como organizaciones gremiales, barrios y territorios.

En ese sentido, es un desafío lograr salirse de la interna colorada para articular nuevas fuerzas y proyectos. Mientras todos los poderes del Estado se ocupan de una batalla entre Abdo y Cartes, y el Ejecutivo intenta cumplir sus objetivos de gobierno, otros sectores no colorados deberán encontrar la forma de representar al pueblo.

Las señales de hartazgo están y deben ser escuchadas y atendidas, no solo en tiempo electoral.

No hay servicios públicos, no hay avance en derecho, no hay crecimiento económico que llegue a la gente y solo crece la precariedad.

En ese tren de necesidades, tampoco hay representación política y es donde los no colorados deben entrar a dar esperanza.

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