25 abr. 2024

El desafío de ser mamá: Cuidar de los hijos y poder trabajar

Un grupo de mujeres habló acerca del desafío que implica hoy en día ser mamá y tener que sobresalir en el ámbito laboral. Una especialista afirmó que hay una sobrecarga de responsabilidades en la mujer debido a la falta de empatía por parte de la sociedad hacia ellas.

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Una sicóloga terapeuta sostiene que la mujer que tiene que ser madre y a la vez trabajar está desamparada por la sociedad.

Foto: Pixabay.

Uno de los inconvenientes con el que tropieza la mayoría de las mamás en estos tiempos a la hora de salir a trabajar o estudiar es a quién dejar el cuidado de los hijos cuando son pequeños. En la mayoría de las ocasiones, en el caso de que no cuenten con recursos para acceder a una niñera o una guardería, dejan a cargo de los abuelos.

Tres mujeres compartieron su testimonio a Última Hora en el Día de la Madre y coincidieron en que la maternidad ahora se volvió más desafiante.

Paraguay cuenta con políticas de protección en este sentido. Sin embargo, además de que muchas veces no se cumplen, son insuficientes para que la mujer pueda encarar su rol de mamá y trabajadora con mejor calidad de vida.

El desafío

Angélica Recalde (34) es la primera en levantarse y la última en acostarse en su hogar. Está casada, tiene dos hijos, César (6) y Andrés (2) y es profesora de física y química en tres colegios nacionales y uno privado. Se formó en tres posgrados entre su primer y segundo embarazo que ahora la habilitan también a enseñar en una universidad.

Lo más gratificante para ella es crecer en su profesión, porque educar es su pasión, aunque agregó que en un momento de su vida llegó a un pico de estrés por la sobrecarga de roles.

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Cuando llegó la pandemia del Covid-19 comenzó a trabajar desde su casa y eso le permitió pasar, ciertamente, más tiempo con sus hijos. Pero en la semana, hay días que tiene que estar conectada a la computadora para dar clases de mañana, tarde y noche. Ya solo comparte con sus pequeños lo poco que resta de la jornada.

Actualmente, cuenta con la ayuda de una niñera y su esposo para cuidar a los niños. Su clave para sostener todas sus responsabilidades es la organización, pero reconoció que en su primer embarazo, sintió miedo en el parto, porque no sabía al principio cómo iba a ser la maternidad.

Para mí todo esto fue un desafío, con decirte que me afectó un poco en la salud, porque yo estuve con tratamientos clínicos, psicológicos; también aparte comencé a hacer ejercicios, justamente, por este exceso, porque llega un momento que te sobrepasa tanta responsabilidad. Para mí todo esto fue un desafío, con decirte que me afectó un poco en la salud, porque yo estuve con tratamientos clínicos, psicológicos; también aparte comencé a hacer ejercicios, justamente, por este exceso, porque llega un momento que te sobrepasa tanta responsabilidad.

El motor de su vida

Lourdes Génez (30) afirmó que su hija Emma Belén (4) es el motor de su vida y aseguró que por ella pudo enfrentar todas las dificultades que se le presentaron hasta el momento. Ella es geóloga y se desempeña como especialista GIS, el sistema de información geográfica.

Desde hace dos años quedó soltera y antes de la pandemia llevaba a una guardería a la niña de camino al trabajo. Pero, cuando se estableció la cuarentena, tuvo que hacer teletrabajo y en ese entonces decidió mudarse al interior del país, para poder cuidar también a sus padres que están enfermos.

Asimismo, señaló que queda enteramente a su cargo ahora la crianza y educación de su hija. Si tiene mucho trabajo, recurre a sus hermanos o los abuelos maternos para que puedan cuidar durante ese tiempo a la niña.

Tantas dificultades se me presentaron en estos últimos tiempos, que si yo no le tenía a ella, pienso que no iba a tener la fuerza para lograr mis objetivos, estudié estando con ella sola y hice un postgrado, mejoré en el trabajo. Esos logros le atribuyo a la fuerza que me da mi hija para continuar. Tantas dificultades se me presentaron en estos últimos tiempos, que si yo no le tenía a ella, pienso que no iba a tener la fuerza para lograr mis objetivos, estudié estando con ella sola y hice un postgrado, mejoré en el trabajo. Esos logros le atribuyo a la fuerza que me da mi hija para continuar.

Cuando pase la pandemia, tendrá que volver al trabajo presencial y su hija tendrá que entrar a la escuela, lo que implica volver a mudarse de la casa de sus padres. “Dada la situación, vamos a ver una escuela y manejarnos nosotras dos, juntitas”, planteó.

Resaltó que ella creció con la posibilidad de tener a su mamá en su casa, pero que las mujeres ahora tienen más funciones y eso hace que sea más complicado asumir los papeles de madre y profesional a la vez, si no se cuenta con ayuda. Coincidió en que es un desafío.

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Pasar tiempo con el hijo

Alma Benítez (38) planeó con su pareja tener un hijo cuando estaba trabajando para una firma de importación y exportación de telas, donde se desempeñaba como cajera. Cuando Luis Sebastián (4) llegó a sus vidas, ella pensaba que siempre iba a seguir trabajando en el rubro administrativo.

Sin embargo, al reintegrarse a su lugar de trabajo comenzó a ver muy poco a su hijo. Salía a las 5.00 de su casa y volvía a las 19.00. Durante sus funciones, solo le daban permiso un poco más de 20 minutos para extraer la leche para su hijo, que debía guardar en un biberón y congelar para alimentarlo después.

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Dormía muy poco por las noches cuando el niño era pequeño y a ese ritmo, en año y medio presentó síntomas de estrés. Debido a eso pensó en una forma de poder conjugar su rol de madre y trabajadora. Quería pasar más tiempo con su hijo, que estaba al cuidado de su abuela materna, y además emprender con un negocio para seguir teniendo ingresos propios.

Con un pequeño presupuesto abrió un comercio de frutas y verduras y hasta ahora se mantiene en ello. Subrayó que el apoyo de su pareja y sus padres fue muy importante para animarse a tomar la decisión de abandonar un trabajo en el que percibía un salario mínimo mensual.

Yo era cajera y eso lo que me complicaba, porque yo no tenía que dejar la caja por el tema del dinero, y tenía que sacar sí o sí mi leche porque se me llenaba. Todos los días era eso, porque tenía que traer acá, dejarle a mamá. Era todo un tema. Yo era cajera y eso lo que me complicaba, porque yo no tenía que dejar la caja por el tema del dinero, y tenía que sacar sí o sí mi leche porque se me llenaba. Todos los días era eso, porque tenía que traer acá, dejarle a mamá. Era todo un tema.

En su caso, indicó que no dejaría a su hijo en una guardería, debido a que no se encuentra en esa necesidad. Pero acotó que, si era madre soltera o no tenía ningún familiar cercano que la ayudara, no iba a tener otra opción.

Mujeres sobrecargadas

Clara Bozzano, sicóloga y sicoterapeuta individual, de pareja y familia, confirmó que la mujer que tiene hijos y debe trabajar carga con un desafío muy grande en estos tiempos y manifestó que es por la falta de empatía hacia ellas.

“Considero que hay una sobrecarga de responsabilidades en una mamá y en una mujer. Tenga o no tenga pareja, se le suman un montón de responsabilidades que no saben ni con quién compartir. Varones y mujeres tenemos que aprender a cómo hacer”, apuntó.

Más detalles: Las guarderías en el trabajo son una materia pendiente

De acuerdo con la especialista, actualmente, hay una especie de desamparo a la maternidad a nivel de sociedad. Apuntó que no se percibe el compromiso social, cultural y hasta del entorno de la familia extendida cuando se alega que el niño es solamente responsabilidad de la madre.

“Tenemos una sociedad donde no se tiene en cuenta que cada barrio debería tener una guardería, porque cualquiera quiere que un niño o niña tenga una infancia saludable y hace falta que haya un Estado o Municipio que piense en ese niño a futuro, que en 20 años, o los que sean, puede estar al frente del país”, remarcó.

Bozzano realizó estudios de campo de Psicología Comunitaria en Fortaleza, Brasil, y pudo conocer cómo se implementó en dicha localidad el sistema de guarderías barriales. Explicó que en grupo de a tres mamás se turnaban los cuidados y se colaboraban entre ellas los alimentos para los niños. Trajo la idea al país, pero no fue tenida en cuenta.

La especialista argumentó que hay un sector de la población que necesariamente tiene que salir a trabajar para sostener su familia y que, para esos casos, es mejor contar con un sistema de guardería local, donde se pueda dejar a los hijos durante el trabajo.

En este sentido, se refirió a que en el país no se toma en cuenta la salud emocional y el soporte colaborativo.

“Esa sería una buena guardería, donde ellas son las que están manejando (...). Si eso se diera, los niños crecerían más sanos y solidarios, los padres llegarían más tranquilos a la casa. Pero, la mujer sola sobrelleva muchas responsabilidades, cuánto más sea, más es la carga sobre sus hombros y ya ni ella sabe cuánto lleva en su mochila”, sostuvo.

Políticas de protección a la maternidad

En el país hay leyes que brindan apoyo y protección a las madres trabajadoras, que frente al planteamiento de la sicóloga son hasta insuficientes.

Una de esas políticas es el permiso de maternidad de 18 semanas que se da entre las dos semanas antes del nacimiento y 16 semanas después del parto; el subsidio de maternidad y el permiso de lactancia hasta los siete meses del bebé. Con indicación médica se puede extender el plazo hasta los 2 años.

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Este derecho está contemplado en la Ley 5508 del 2015 y su reglamentación emitida en el Decreto 7550 en 2017, que además obliga a las empresas e instituciones públicas a adecuar en sus instalaciones una sala de lactancia, si hay más de 30 trabajadoras.

El Código Laboral paraguayo también establece en su artículo 134 que los establecimientos industriales o comerciales en los que trabajen más de 50 mujeres están obligados a habilitar salas maternales o guarderías para niños menores de 2 años, donde quedarán al cuidado durante el tiempo de trabajo de la madre.

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