La abogada Claudia Sanabria, experta en Derecho de Familia y miembro del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), advierte que “la protección es aún escasa” y que la población de adultos mayores sigue siendo “invisible” ante la falta de políticas efectivas.
El MNP hace constantemente visitas a hogares y pudo constatar que existen necesidades primarias que hoy están siendo olvidadas.
Existen falencias y una ausencia de políticas de protección social que acompañen con cuidado a las personas en el ciclo de su vida, lo que les hace todavía más vulnerables.
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Las principales preocupaciones son que hoy se tiene un enfoque del adulto mayor como objeto y no como sujetos de derechos, replica Sanabria, así como una débil rectoría del Instituto de Bienestar Social del Ministerio de Salud para implantar la política de adulto mayor.
“Preocupa el abandono, y el imaginario social respecto al envejecimiento. Aún se estigmatiza a la población adulta mayor... Se requiere que (ellos) ocupen un lugar permanente en la agenda pública y política”.
Hasta el momento, tampoco se puso en marcha; es decir, no se reglamentó la Ley 5537/2016, que establece estándares para el funcionamiento de los hogares de adultos mayores.
Con todo esto, el adulto mayor forma parte de una población “bastante relegada”, por lo que “en general sus derechos (todavía) están en expectativa”, es decir, que están desprotegidos.
El abandono y la soledad
Según el Ministerio Público, en el 2023 fueron abandonados 82 adultos mayores, en un 90% en su propia vivienda, y efectivamente son los hijos los que más abandonan. Explicaron que esa tendencia se mantiene hasta este año.
“Preocupa el abandono, y el imaginario social respecto al envejecimiento. Aún se estigmatiza a la población adulta mayor, además de estar aún emergiendo en algunas políticas públicas. Se requiere que (ellos) ocupen un lugar permanente en la agenda pública y política, con presupuesto”, explica Sanabria.
La soledad es uno de los problemas que crecieron. Hace unos meses, Hugo Roy, director de Taita, precisó que en IPS implementaron ya la red bancaria por las largas filas; pese a eso, siguen llegando abuelos a las ventanillas.
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“Un día le pregunté a un señor si cobraba hoy, me dijo que recién lo haría al día siguiente, que ya estaba ese día, porque con los únicos que conversaba en el mes eran estas personas (cajeros)”, lamentó Roy.
Y es que “cuando la familia los abandona, quedan muchas veces en un limbo”, explica la abogada Claudia Sanabria.
Falta de políticas efectivas
Más bien, la respuesta que deben a la tercera edad debe ser singular y enfocada en los derechos humanos. “Mirar a cada persona; si requiere vivir fuera de su casa, contar con un espacio lo más parecido a una residencia y con enfoque de derechos humanos”, detalla.
Además, es necesaria la implementación de políticas de protección social que incluyan a los adultos mayores y que tengan en cuenta todas sus dimensiones: cognitiva, social, emocional, física, así como su salud, educación y condiciones de vida.
“Hemos visto las cifras sobre malos tratos y si lo llevamos al ámbito de hogares de adultos, muchas veces a los adultos mayores ni siquiera se les consulta si quieren ingresar”, describe la experta.
Tampoco ellos cuentan con atención integral en salud, ya que esta solo es parcial, y carecen de actividades de estimulación.
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“No se relacionan con la comunidad, y son atendidos por cuidadores sin preparación, lo cual les expone a situaciones de tratos inhumanos, como cuando se moviliza a un adulto mayor sin tener técnica, es posible causar una lesión o sufrimiento, y esto es maltrato”, explica.