Como se acostumbra en estos días, toca formular los deseos navideños, ahí va pues.
Le pedimos a todos los dioses y diosas, e incluso a Papa Noel, que se acabe el sufrimiento, el dolor, el hambre y el frío de los niños de Gaza, también pedimos por las mujeres, los viejitos y los jóvenes. Ellos son seres humanos y ya padecieron demasiado: Primero destrozaron su ciudad y sus barrios con bombas, después los obligaron a desplazarse y ahora ya sin un techo, los obligan a sobrevivir en tiendas de campaña. En medio de esto declaran un supuesto alto el fuego, pero al mismo tiempo que Israel sigue tirando bombas y matando niños, no deja entrar la ayuda urgente y necesaria, ahora les cayó el invierno con lluvias y frío.
Aquí, en Asunción, el asfalto hierve, la fila de autos en el semáforo no se mueve y los idiotas en moto van como desquiciados; los nervios están a flor de piel con las urgencias previas a la Nochebuena y te quedan miles de cosas pendientes. Cuando creas que no podés más del estrés, pensá por un ratito en esa gente que allá lejos, y en el mismo lugar donde nació el niñito que en estos días es la excusa para la sidra y el pan dulce, hay un bebé recién nacido que está tratando de sobrevivivir en una tienda de campaña, en medio del barro, la lluvia, el frío y el hambre.
Los bebés en Gaza están muriendo de hipotermia y todo, los camiones con alimentos, las medicinas e incluso las casas móviles donde podrían estar un poquito mejor, siguen bloqueados por los invasores.
Ni les dejan pescar, y el Ejército de Israel violando el cese al fuego dispara contra pescadores e incluso contra las tiendas de campaña a lo largo de la playa, al sur de la Franja, mientras todo el mundo mira hacia otro lado.
Una infografía de la agencia AFP sobre los niveles de escombros presentes en la superficie de la Franja de Gaza a partir de una evaluación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dice que 61 millones de toneladas de escombros cubren su suelo, donde más de tres cuartas partes de los edificios han sido dañados o destruidos desde el 7 de octubre de 2023. Por cierto, 10.000 toneladas de escombros es el equivalente a la torre Eiffel.
Otra información contaba el otro día que, rescatistas de la Defensa Civil gazatí recuperaron y trasladaron a un cementerio los restos mortales de 77 miembros de una misma familia, asesinados en bombardeos israelíes contra sus viviendas en el barrio de Rimal al oeste de la ciudad de Gaza. Recuperaron 60 cuerpos de entre los escombros de la casa, algunos de los cuales eran restos, y se trasladaron 17 cuerpos que habían sido enterrados cerca de la casa. Desde el inicio del alto el fuego, el pasado 10 de octubre, más de 600 cadáveres han sido recuperados entre las toneladas de escombros que cubren Gaza, y se estima que miles de cuerpos más siguen sepultados.
Una condición fundamental para saber lo que allá sucede, donde todo comenzó, es la presencia de la prensa. Porque, un posteo lo escribe un robot y puede estar mintiendo. Por eso es muy importante recordar que, según la Campaña Emblema de Prensa (PEC), 2025 fue el segundo año más mortífero para los periodistas desde comienzos de siglo. El informe de esta organización civil que trabaja por la protección de la prensa en los conflictos armados señala que la Franja de Gaza volvió a sufrir el grueso de las muertes de profesionales de la información, con al menos 60 fallecidos, la mayoría bajo ataques israelíes. Recordemos que, desde el 7 de octubre de 2023, al menos 221 periodistas palestinos han muerto en Gaza, lo que lo sitúa como el conflicto más mortífero para los medios de comunicación desde la Segunda Guerra Mundial, dice el comunicado de PEC.
Es probable que los deseos navideños queden en la nada, pero vale la pena seguir reclamando que dejen de tirar bombas sobre la tienda donde una madre acuna a ese bebé que nació hace poco, allá en Palestina, donde todo comenzó.