La resistencia, señala, es generalmente un problema de educación, de formación, de una interpretación. Sin embargo, resalta que no se puede forzar a los familiares, por tratarse de una cuestión bastante delicada, pero sí son claves las campañas de concienciación.
Desde el aspecto antropológico, el creer que es una mutilación indica que frena para donar órganos que pueden salvar vida de otros.
Desde el aspecto religioso, el sacerdote refiere: “El Génesis capítulo tres, versículo 19 dice: ‘Recuerda que polvo eres, y al polvo volverás’. O sea que estos órganos nuestros volverán de nuevo a la misma naturaleza que Dios nos ha regalado. Es como que nosotros ahora en nuestra vida, lo que estamos haciendo es prestando”.
Es importante, considera, que las personas puedan comunicar a sus allegados si está en ellos la voluntad de ser donadores, para que los familiares estén informados sobre ese deseo personal, y aceptar y respetar la decisión. El salesiano menciona que en su caso, en el año 1996 firmó una nota informando que está dispuesto a donar sus órganos.
La Ley 6170/18, que modifica a la Ley 1246/98 de Trasplantes de Órganos y Tejidos, también conocida como Ley Anita, establece que toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos posteriormente a su fallecimiento. Si alguien no desea donar, debe manifestarlo al Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT).
EN ESPERA. Una larga lista de pacientes aguardan mejorar su calidad de vida a través de la donación de órganos. El del corazón es uno de los más complejos.
Tal es el caso del niño de cinco años, Milán Alexander, quien está conectado a un corazón artificial desde hace cinco meses en el Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu. Si bien aparecieron dos recientes posibilidades, los familiares de los potenciales donadores rechazaron el pedido.
La adolescente Luján, también conectada a un corazón artificial en el Acosta Ñu, cumplirá este mes de abril 15 años y pide como regalo un corazón.
Mientras que el 30 de marzo –Sábado de Gloria–, en el Hospital de Clínicas, se realizó una cirugía de ablación que brindará una mejor calidad de vida a cuatro personas. El doctor Hugo Espinoza, director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), informó que los órganos fueron asignados a dos personas para trasplante renal. Las córneas fueron entregadas a la Fundación Oca del Valle, para beneficiar a otras dos personas.