14 jun. 2025

Desigualdades territoriales: Barrera para el desarrollo

Paraguay se encuentra entre los países más desiguales del mundo en términos de la distribución de los ingresos y de la tierra. La evidencia indica que este fenómeno es un obstáculo para el crecimiento y el desarrollo, ya que esta inequitativa acumulación de recursos conlleva otras formas de desigualdad y de exclusión, como la educativa y la de salud, que en conjunto definen el capital humano de un país. Sin capital humano no hay oportunidades sociales ni posibilidades de aumentar producción ni productividad.

Estas desigualdades se reproducen territorialmente en Paraguay sin que existan políticas de desarrollo que reduzcan las brechas entre municipios y departamentos. Al contrario, algunos estudios vinculados a la asignación de royalties y compensaciones indican que los mecanismos de distribución de estos contribuyen a aumentar las desigualdades en lugar de reducirlas.
Un reciente informe elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la desigualdad de ingresos en Paraguay, correspondiente al periodo 2022-2024, basado en los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC), revela que en los últimos tres años la reducción de la desigualdad económica medida por el índice de Gini se estancó en alrededor del 0,440 con un aumento del índice en el sector rural y una disminución en el sector urbano. A mayor índice de Gini, mayor desigualdad.

Los departamentos que en los últimos tres periodos estudiados se mantienen en los primeros lugares son Caaguazú y Canindeyú. San Pedro y Presidente Hayes también aparecen en primer lugar en algunos años, con los mayores niveles de desigualdad. Por otro lado, Cordillera, Paraguarí y Central se ubican entre los de menor desigualdad. Los departamentos de Boquerón y Alto Paraguay no se incluyen en el cálculo.

La desigualdad económica está vinculada a las condiciones sociales. Si se analizan las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) se puede observar que el promedio nacional de hogares con al menos una NBI es de 28,1%. Sin embargo, en el caso de los departamentos con mayores niveles de desigualdad económica también verifican la mayor proporción de hogares con NBI llegando a extremos inaceptables como Presidente Hayes con el 58,2%, siendo un departamento cercano a Asunción donde el 17,4% de los hogares presenta al menos una NBI.

La situación se agrava si consideramos que en estos departamentos con altos niveles de desigualdad económica es donde se observan los niveles mas altos de NBI en Educación, lo que confirma los vínculos entre la exclusión educativa, la ausencia de oportunidades y de movilidad social y la profundidad de las desigualdades.

A pesar de que las desigualdades constituyen una barrera a cualquier ambición de crecimiento económico sostenido y de desarrollo, estas no están en los discursos políticos ni entre los objetivos de las políticas públicas. Menos aún las desigualdades territoriales, de las que casi no se habla.

La negativa a aceptar y plantear soluciones nos está llevando a un crecimiento cada vez más bajo y con menos efectos multiplicadores en el empleo y la pobreza. La evidencia empírica indica desde que los altos niveles de desigualdad conducen a una trampa de crecimiento bajo y que paralelamente profundiza distintos tipos de desigualdades.

Las desigualdades territoriales no solo afectan a la calidad de vida de la población en los departamentos afectados, también incentivan migraciones que afectan a los departamentos receptores que no pueden dar abasto al aumento de la demanda de servicios. La población del Departamento Central aumento 40% en 20 años pasando de 1.330.000 a 1.900.000 habitantes en un país en el que el gasto y la eficiencia de los servicios públicos crece a un ritmo bastante más lento por la falta de planificación.

Las desigualdades territoriales no se solucionarán sin políticas con objetivos explícitos en talo sentido. El Plan Nacional de Desarrollo debe considerar este problema, que forma parte de otras desigualdades que en conjunto definen obstáculos estructurales para el desarrollo.

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Un reciente informe del Banco Mundial presentado en Paraguay da cuenta de los problemas que enfrenta nuestro sistema tributario en términos de recaudaciones e inequidad. El bajo peso del impuesto a la renta personal es uno de los problemas principales, lo que deriva en bajos ingresos tributarios y persistencia de una política fiscal que no contribuye a reducir la desigualdad económica. Este informe y otros anteriores señalan la necesidad de que el país debata este tema, en conjunto con otros como la calidad del gasto.