09 may. 2024

Del lado paraguayo, hacen poco o nada contra puertos clandestinos

Mientras la Policía Federal de Brasil persigue a fuego el contrabando de todo tipo de mercancías que salen de Paraguay, en los barrios bajos de Ciudad del Este dicen que ahí hacen la vista gorda.

Wilson Ferreira

CIUDAD DEL ESTE

La zona ribereña de Ciudad del Este —que abarca los barrios San Rafael, San Miguel y Remanstito— es considerada zona roja. En esa franja, a lo largo de los barrancos del encajonado lecho del Paraná, operan —por lo bajo— cuatro puertos clandestinos. Desde esos improvisados muelles, se envían cargas de mercaderías de todo tipo al Brasil: Desde productos electrónicos hasta armas, municiones y drogas.

A diferencia del lado brasileño, en el lado paraguayo en contadas ocasiones se llevaron a cabo intervenciones en esos puertos clandestinos por parte de los organismos de control y seguridad fronteriza.

Por el río Paraná, entre Ciudad del Este y Presidente Franco, en la zona de las Tres Fronteras, los volúmenes de tráfico de drogas y contrabando son menores debido a que las embarcaciones son más pequeñas, en relación con las utilizadas en el lago Itaipú, aguas arriba del embalse. Varios de estos puertos ya fueron allanados e intervenidos, pero siguen operando. Incluso, uno de ellos está a menos de 1.000 metros de la base naval de la Armada Paraguaya.

Hace cuatro años, la pandemia del Covid-19 obligó a las fuerzas de seguridad a reforzar los controles en el río, entre los municipios de Ciudad del Este, Hernandarias y Presidente Franco. Esto fue en ocasión del cierre de frontera que regía con el objetivo de evitar la propagación del coronavirus en el país. Entonces, se llevaron adelante varias intervenciones de los puertos clandestinos y en una de ellas se logró incautar más de 100 embarcaciones.

Desde ese operativo —siempre en tiempo de la frontera cerrada— efectivos de la Marina paraguaya se enfrentaron en al menos cinco ocasiones a grupos de contrabandistas y narcotraficantes. Estos efectuaron disparos desde el barranco del río Paraná contra los militares, quienes, a su vez, respondieron con fuego. En uno de esos episodios falleció el suboficial de tercera de infantería, Marcos Agüero, al ser baleado en la cabeza por los marginales en un puerto clandestino, ubicado en la zona conocida como Villa Kuwait del barrio San Miguel de Ciudad del Este.

Ese episodio puso fin —al parecer— a nuevos operativos. Desde esta Redacción, se buscó sin éxito tener la versión de la Armada, a saber por qué dejaron de intervenir esos puertos y qué están haciendo actualmente para combatir esas actividades ilícitas.

TIERRA DE NADIE. La zona baja del caudaloso Paraná es considerada tierra de nadie. No cualquiera ingresa a ese lugar y quienes viven en esa franja suscriben que poco o nada se hace por combatir el contrabando. De noche es común escuchar disparos que se dan en tiroteos entre los policías federales del Brasil y los traficantes. En efecto, la Policía Federal del vecino país tenía una base a unos 600 metros del Puente Internacional de la Amistad, en Foz de Yguazú.

De este lado, en los barrios bajos de CDE, nadie entra ni sale sin ser identificado por campanas, distribuidos en varios puntos; desde que se ingresa al barrio San Miguel hasta la costa del río Paraná.

Los vecinos que no están mezclados en esas actividades nocturnas prefieren guardar silencio. No dicen nada, no ven nada, para evitar problemas. Las paredes, puertas y ventanas de varias viviendas ubicadas tanto en San Miguel como en Remansito tienen rastros de proyectiles, por los enfrentamientos entre traficantes y la Policía Federal.

“De noche es común escuchar disparos desde la costa brasileña y tienen respuesta desde la costa paraguaya. No estamos hablando de pistolas, sino de armas de grueso calibre. Ellos son los dueños de la noche. Pero no podemos hacer nada. Acá todos saben lo que pasa, la Policía Nacional, la Marina, todos saben y no hacen nada. Entonces a quién le voy a denunciar nada; al final voy a tener problemas yo y no ellos”, relata un vecino del barrio San Miguel.

TRIPLE FRONTERA. Entre Foz y Puerto Yguazú (Argentina) en la región de las Tres Fronteras, también operan al menos tres puertos clandestinos. Por ese punto, ingresan desde la costa argentina grandes cargamentos de vino.

En octubre del año pasado, la Policía Federal del Brasil y la Receita Federal clausuraron en Foz un depósito clandestino de vinos valuado en 350.000 reales, unos USD 79.000, cerca de la zona primaria del Puente de la Amistad.

La incautación de vinos en la región de frontera con Argentina ha crecido a lo largo de los últimos años. En 2018, fueron decomisadas unas 45.000 botellas de vinos. En 2021, este número saltó a cerca de 595.000, cifra que se duplicó en 2022 y 2023.

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