Con 29 miembros presentes, el Consejo Superior Universitario aceptó la renuncia del rector interino Ricardo Meyer, quien fue designado la semana pasada, y posteriormente consensuó la designación del decano de Politécnica como la máxima autoridad de la casa de estudios.
En su discurso ante el Consejo, Bernal dijo que como persona dialoguista le gustaría trabajar en equipo coordinadamente, consensuar ideas y plasmarlas en acciones. Manifestó que está dispuesto a trabajar fuera de los horarios laborales, incluso los sábados, como ya lo ha hecho durante su gestión en el Decanato de la Politécnica.
El nuevo rector de la UNA tiene 63 años, es licenciado en Análisis de Sistemas Informáticos, en Matemáticas y tiene un Masterado en Planificación y Proyectos. Trabajó en la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y fue decano de la Facultad Politécnica durante 19 años.
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La intención en un principio era elegir al nuevo rector en Asamblea Universitaria, pero los estudiantes lograron frenar el jueves la elección mediante un amparo judicial. Pedían un mes de tiempo para analizar el perfil de la máxima autoridad de la UNA y quién podría reunir los requisitos.
Pero finalmente cedieron para que se designe mediante el Consejo a un rector que culmine el mandato de Froilán Peralta, preso en Tacumbú tras ser imputado por inducción a un hecho punible, luego de que funcionarias intentaran extraer documentos del Rectorado, tras descubrirse una serie de irregularidades en el otorgamiento de rubros docentes.
La falta de cobro de salarios y provisión de insumos para el Hospital de Clínicas por la ausencia de un ordenador de gastos de la UNA fueron los motivos para que los estudiantes aceptaran la propuesta.
El Ministerio de Hacienda liberará el pago de salarios recién cuando reciba una notificación de la máxima autoridad de la institución y posterior dictamen de la Abogacía del Tesoro, luego de no aceptar la firma del rector interino, Ricardo Meyer.
La UNA se encuentra en medio de una crisis tras el descubrimiento de una serie de irregularidades que comenzaron con las publicaciones de ÚH, que demostraron que la maestra parvularia Tatiana Cogliolo, secretaria de Froilán Peralta, cobraba como docente universitario, pero también figuraban en la planilla de funcionarios su madre, su hermana y su prima, quienes no asistían para cumplir funciones en el Rectorado.
Los estudiantes universitarios declararon paro y permanecieron en vigilia en el Rectorado. Consiguieron que el Ministerio Público investigue las 12 facultades de la universidad, luego de constatar intenciones de desaparecer archivos mediante quema y extracción de documentos de diferentes dependencias.