08 jul. 2025

Debemos detener la destrucción de nuestros recursos naturales

Un estudio presentado recientemente apunta al deficiente manejo de los residuos en nuestras ciudades, lo que tiene un impacto directo y negativo en los cauces hídricos. Como consecuencia, se puede observar que nuestros cauces se encuentran con elevados niveles de contaminación por los residuos sólidos, entre ellos el más contaminante de todos: Plásticos. Tampoco se está prestando atención a otros elementos como las pilas y los focos de bajo consumo, que también pueden afectar al agua y causar irreversibles daños a la salud humana.

Una realidad que debe ser asumida por las autoridades nacionales y municipales, de modo a tomar acciones inmediatas, es el alto nivel de contaminación de nuestros cauces hídricos. Como apunta un informe elaborado por el ingeniero Roger Monte Domecq, los residuos sólidos que son arrastrados a los cauces son los más perjudiciales, particularmente los plásticos, como botellas, bolsas y pañales desechables que son los materiales que más se encuentran en el momento de hacer limpieza en los arroyos.

Según el especialista en hidrología, el principal problema es el manejo adecuado de los residuos, ya que los desperdicios son transportados con las lluvias y depositados en la zona baja, van a parar a los cauces y zonas aledañas, lo que finalmente tiene un tremendo impacto en el ambiente.

Aunque no caben dudas de que existe una suerte de cadena de responsabilidades, una cadena que tiene bastante que ver con nuestro actual estilo de vida. Se da una utilización extrema de bolsas de plástico, de todo tipo, en los comercios, sin tener en cuenta dos aspectos fundamentales; el nivel de contaminación que generan los envases plásticos y cartones y el hecho de que en el Paraguay estos residuos no son dispuestos en los vertederos ni existe el tratamiento de los residuos.

Frente a esta realidad urge que las instituciones del Estado tomen acciones urgentes para poner freno al uso de estos materiales contaminantes. Es apremiante que las autoridades comprendan la gravedad de esta situación y que esa toma de conciencia genere no solamente campañas coyunturales, sino políticas de Estado que apunten a la reducción de basura por parte de la población y, al mismo tiempo, iniciar campañas de concienciación del buen manejo de agua. El objetivo debería ser llegar a los niños, adolescentes y jóvenes, concienciarlos sobre la disminución de residuos innecesarios, así como también sobre la importancia del manejo del agua.

Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) afirman que en 2024 se generaron más de 220 millones de toneladas de residuos plásticos. De ello, cerca de 70 millones fueron gestionados de forma inadecuada, por eso acabaron en ríos, mares, suelos e incluso en la atmósfera. Estos desechos afectan a la biodiversidad, agravan la crisis climática y ponen en riesgo la salud humana. Lamentablemente, menos del 10% de los plásticos son reciclados. Y, como afirma la organización Greenpeace, la inacción política y la complacencia con la industria del plástico agravan el problema de contaminación mundial. En el Paraguay, no es este el único grave problema, también se debe señalar a las pilas y focos de bajo consumo que son parte de nuestra vida y son altamente contaminantes y que a diario son desechados con la basura domiciliaria, sin clasificar. Explican los expertos que hay más de 20 tipos de pilas que contienen diferentes metales pesados: Carbono y zinc, los más comunes, y otros contienen cadmio, manganeso, plomo y mercurio. Uno de los elementos más dañinos es el mercurio que si llega al agua se transforma en mercurio orgánico que ingresa a los peces y también a los humanos, al consumir los pescados. Al final, puede producir graves perjuicios a la salud, daños neurológicos, cardiovasculares y cáncer. Según el Ministerio de Salud Pública, una pila de mercurio puede contaminar hasta 600.000 litros de agua, una cantidad que equivale al consumo de 30 personas, durante toda su vida.

Estos datos nos deberían ayudar a tomar conciencia sobre el tema, pero sobre todo, deben ser una fuerte motivación para las autoridades para que estas se comprometan más a cuidar mejor nuestros recursos naturales los cuales, como sabemos, no tienen repuesto.

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