20 dic. 2025

Crujiente

Están acabando los dos años de Gobierno de Peña, lo que en verdad significa que finaliza el tiempo para hacer realidad las cosas que se pueden realizar. Después del 15 de agosto, vendrá uno para consolidar lo hecho y el inicio de la pelea por el poder en el 2028. Esa es la lógica temporal de todo gobierno sin reelección como el nuestro.

Las peleas entre miembros del Gabinete emergerán y con ellas las contradicciones e incoherencias que fueron tapadas al inicio. La acusación de falta de gestión (inutilidad) que le espeta el ministro de Economía a su colega de Obras Públicas es solo el comienzo. El primero defendiendo los mandatos de los organismos internacionales en el manejo del déficit fiscal, creyendo tontamente que lo contratarán cuando dejé el Ministerio. Ni uno solo de los nuestros que pasó por un Gabinete fue merecedor de ningún cargo en el exterior.

El simple paso por el Gobierno de un país corrupto fue suficiente para excluirlo. La ministra de Obras Públicas, que viene de administrar el fracaso del Metrobús, se enfrenta a las demandas de subsidios de los transportistas, las acreencias de la rosca vialera y un plan de reforma del transporte metropolitano que nada cambia, tiene sentido ni puede ser capaz de por lo menos explicarlo.

Cruje el Gobierno, mientras el gerente se dio un paseo por la ignota Finlandia para ver correr un rally.

La travesía de la competencia local se vendrá cada vez más complicada. El quincho buscará distanciarse de él y comenzarán las críticas a su gestión. Lo acusarán de que no maneja su equipo y que las peleas entre ministros es de su completa incumbencia. Alguno se unirá a las críticas de que viaja mucho y desatiende los temas locales. Le pondrán trampas donde sea. Troncos caídos, tajamares venenosos, puentes rotos y contralores alquilados. Como telón de fondo los legisladores atrapados en un elevador se acusarán mutuamente por el negoción del obelisco para acabar usando los fondos para reparar lo que no asegura nada para subir ni para bajar. Los aliados comprados se verán en problemas con hechos de corrupción que no podrán enfrentar y cuya sanción no tendrá costo alguno para el oficialismo.

La ex liberal y ahora cartista senadora Noelia Cabrera deberá rendir cuentas de sus nepotes (sobrinos) que robaron a mano alzada sin tener la idoneidad requerida por la Constitución ni cumplir sus mínimas obligaciones temporales. También ellos querrán parecer diferentes como el neocartista Dionisio Amarilla que esta semana denunció que el verdadero ministro de Obras, el que reparte las licitaciones, no se encuentra en el Ministerio, sino en la nucleacion de la rosca vialera.

Dentro de poco, veremos un todo contra todos porque el piso cruje y ya nadie es leal a nadie.

Eso lo sabe muy bien el interventor de Asunción al que le quedan pocos días para acabar de colgar a Nenecho. Se resistirá, pero las evidencias serán tan abrumadoras que lo obligarán a renunciar para evitar una elección que claramente acabará con la suerte del partido. Se pondrán de acuerdo los concejales, cómplices siempre de los intendentes, para escoger a alguien quien limpie los excrementos y mantenga el polvo de la corrupción. Ese será el final de este cuento municipal.

En el Este, la tienen más complicada y solo les quedará ejercer el poder de la mayoría y apartarlo a Prieto de la Intendencia. Será un final diferente con costos también distintos.

Mientras cruje la estructura solo veremos un par de cambios de ministros a corto plazo para aparentar cambiar algo para no cambiar nada. Seguiremos sin negociar los beneficios de Itaipú, manteniendo el robo de los 2 mil millones de dólares anuales y viendo que el dinero no alcanza más para comprarse un kilo de asado.

Cuando cruje algo se desatan las alarmas, como los chilenos con la amenaza del tsunami. Van por millones a los terrenos altos para bajar, apenas cese el peligro. Ahora la cuestión es clara en el Gobierno de Peña.

Todos contra todos, protegerse y cuando eso pasa es mejor agendar cualquier viaje con cualquier pretexto para culparle al quincho del desastre.

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