Niños, adultos, adultos mayores y, sobre todo, jóvenes fueron hasta el espacio público capitalino, principalmente en horas de la tarde.
Fue común ver a muchas familias paseando por dicho lugar, incluso sin usar tapabocas. Las aglomeraciones de personas también fueron otra postal que era parte del paisaje en la avenida que se despliega a lo largo de la cada vez más seca bahía asuncena.
Sobre el asfalto, iniciando ya en el lado norte de la avenida, una larga fila de vehículos avanzaba a paso lento. El embotellamiento en el tráfico era una de las señales más notorias de la licencia que la población se viene dando en estos momentos.
En aproximadamente dos semanas podrá verse el resultado del relajamiento. Es el tiempo que permite medir cómo sigue la pandemia en el país, que aún sigue con números altos.