Este año, Benedicto Sanabria dejará de vagar por las librerías de usados de la capital porteña, en las que todavía se encuentran algunos de los 3.000 ejemplares de la única edición hasta el momento, publicada en noviembre de 1975, para volver a su tierra, el Paraguay. Su autor, Lincoln Silva, también.
Aunque hoy olvidado, el paraguayo Lincoln Silva fue un grande de la literatura latinoamericana con solo dos novelas extraordinarias e innovadoras: Rebelión Después y General, General. Ambas deslumbraron a la crítica de todo el continente. Mempo Giardinelli y Mariano Montero rescatan su figura. Las obras serán próximamente reeditadas por Arandurã.
Europa, en su pensamiento, es todavía símbolo del saber profundo y democrático. Ese continente fue generoso con sus ideas siempre. Ella casi constituye la síntesis del pensamiento universal.
José Pérez Reyes es un narrador de historias cibernáuticas que vienen de lo desconocido, relatos proféticos que se originan en el pasado. Le da un giro a la literatura paraguaya a partir del año 2002.
Umberto Eco tenía 48 años de edad cuando escribió su primera obra narrativa. Para muchos estudiosos de la literatura, es la primera gran novela posmoderna.
El libro de investigación periodística EPP: Historia no autorizada, de Andrés Colmán Gutiérrez, es una de las publicaciones de mayor impacto en las últimas semanas. Reproducimos un capítulo de la obra.
"La esperanza de esta hora depende de nosotros mismos" sostiene el gran erudito judío, filósofo religioso, humanista y maestro del estilo de la prosa alemana.
Miguel Carter, autor de un clásico libro sobre el rol de la Iglesia en la caída de Stroessner, analiza la relación entre religión y política, tras Caacupé 2020. Cuestiona que a la actual jerarquía católica le falta asumir grandes temas, como la renegociación de Itaipú, la cuestión ambiental o la defensa del campesinado.
La novela Fuego Pálido, de Bernardo Neri Farina, es una pequeña obra maestra de la nueva narrativa paraguaya, que se podría enmarcar en la llamada "narcoliteratura".
En la parte final de este artículo se relata cómo Augusto Roa Bastos inventó a un Cándido López paraguayo, sosias del pintor argentino, y dio vida a El Sonámbulo (del cual se ofreció una reciente versión teatral).