El juicio oral concluyó esta siesta en tribunales. Los jueces Cristhian González, Darío Báez y Gloria Hermosa declararon culpable a Diego Alejandro Fabale Baldín, conocido como Uruguayo o Kurepa, por el citado hecho punible, ocurrido el 15 de noviembre del 2023, en el barrio Zeballos Cué, de Asunción.
En el caso, resultó víctima Estela Mari Agüero, una mujer de 59 años que explotaba un pequeño copetín en el citado barrio. Fue estrangulada y también tuvo un golpe con un objeto contundente en la cabeza.
El fiscal Aldo Cantero había requerido la pena de 20 años de cárcel, más 10 años de medidas de seguridad al calificar el caso como robo con resultado de muerte. La querella adhesiva había pedido cambio de calificación como homicidio doloso agravado y pidió 30 años de encierro.
Por su parte, la defensa del encausado requirió la absolución de culpa y reproche por duda, conforme sostuvo durante sus alegatos finales. No se le identificó bien en las cámaras de seguridad, sostuvo.
Varias pruebas
Según el fiscal, hubo varias pruebas. Un vecino Alcides Martínez, que vivía frente al copetín de la víctima, había estado esa mañana para desayunar, cuando llegó el uruguayo. Le extrañó que no tuviera su canasta, ya que era vendedor de maní.
En el juicio oral, Martínez explicó que desayunaron, pero luego salió, ya que era conductor de Bolt, y la mujer quedó sola con Diego Fabale. El hombre, incluso, dijo que advirtió a la mujer que no confiara tanto en el hombre.
Después, cerca de las 15:30 de ese día, las cámaras de circuito cerrado muestran a Fabale salir con un televisor en la mano. Otro testigo señaló que lo llevó en motocicleta a tomar el colectivo.
Ya cerca de la 18:00 de ese día, llegó la pareja de Agüero, Juan Ignacio Álvarez, y halló el cuerpo, con lo que avisó a la Policía. Lo primero que hicieron los investigadores fue ver las cámaras de seguridad y reconocieron al uruguayo que era vendedor en la zona.
Detenido con lo robado
Según el agente fiscal, dos días después del hecho, Fabale fue detenido en la ciudad de Areguá. En su vivienda hallaron un televisor Sony, un teléfono Samsung rojo y un aparato para medir la presión, que habían sido robados del copetín de la víctima.
Además, en el allanamiento que realizaron en la vivienda, habían hallado un buzo Adidas, un pantalón y unas zapatillas, que eran las mismas prendas con la que fue visto en las cámaras de seguridad, conforme explicó Cantero.
La mujer murió por asfixia mecánica por estrangulamiento, además de tener traumatismo de cráneo. El fiscal señaló que el hombre se le lanzó encima y la mató con sus propias manos.
Condena unánime
Tras los alegatos finales, el Tribunal de Sentencia deliberó. Al final, entendieron que cuando la calificación es robo con resultado de muerte, la máxima pena que se puede aplicar es 30 años de cárcel.
Entendieron que con las pruebas llegaron a la convicción de que fue el uruguayo el que le quitó la vida a la despensera, para robarle el televisor, el teléfono y el aparato para medir la presión, que luego fueron hallados en su poder.
De esta manera, señalaron que el hombre debía ser condenado. Indicaron que la pena justa y útil era la de 26 años de cárcel. Ahora, la defensa podrá apelar la resolución, que será leída dentro de cinco días hábiles.
Cuando el Tribunal había solicitado los antecedentes del uruguayo a la Interpol, apareció que con esas huellas figuraba una persona con otra identidad que había sido condenada en la Argentina.