Más de 20 casas precarias, en su mayoría hechas de palma (karanda’y), quedaron bajo agua luego de la crecida del río Paraguay.
Hace varios días que los pobladores están con la incertidumbre en torno a la fecha de retorno a sus casas. Por el momento, ocupan algunos sitios concedidos por los vecinos del lugar para convertirlos en albergues provisorios.
La lejana localidad chaqueña, ubicada a 800 kilómetros de Asunción, en la ribera del Paraguay, es parte del territorio del pantanal y vulnerable a este tipo de eventos naturales, que afecta a las familias que viven en lugares bajos.
La Municipalidad local levantó un muro, pero este no pudo contener el avance el agua hacia la población, según refieren los vecinos.
La altura del río estuvo en su fase de alerta, como lo reportó la Dirección de Meteorología e Hidrología, ya que el nivel más elevado registrado la semana pasada fue de 5,29 metros. Este sábado bajó 10 centímetros.
UH intentó comunicarse con el intendente João Roberto Ferreira, pero no atendió la llamada.