18 dic. 2025

Asunción, que vuelvan los jazmines…

En una esquina cualquiera del Centro Histórico de Asunción se huele a pis y a heces, pareciera una metáfora de cómo se administra la capital de un país. Asunción hoy es una ciudad regada de basuras, deplorable, en ruinas, destruida, descuidada, olvidada, es una ciudad fisura.

La ciudad, Madre de Ciudades, es un sitio despojado y ni el nombre religioso la protegió de tanta destrucción.

La desidia y el olvido se apoderó de esta “isla rodeada de tierra”, como diría Augusto Roa Bastos, según escribe en “La escritura, metáfora del exilio”.

Asunción ya no es una ciudad sutil, ya no huele a azahares y mucho menos a jazmines como se evocan en las prosas de los escritores de antaño. Esta frase siempre la repito de manera nostálgica.

Es imposible en este apacible lunes hablar de política, especialmente con el saldo que dejó la intervención de la Municipalidad de Asunción: la renuncia de Óscar Nenecho Rodríguez.

Y por cierto, a su paso dejó frases célebres: “Asunción es inviable”, “Basta de maquillajes para la ciudad”, “Nunca ha habido ningún hecho de corrupción”, “Me voy con la conciencia tranquila”, “He decidido renunciar y me voy con esta frase conocida: ‘Me voy, pero volveré y seré millones’”, “No pensamos en las próximas elecciones, pensamos en las próximas generaciones”.

Si el periodista y escritor Helio Vera estuviera vivo tendría la posibilidad de lanzar otro libro más de compendio de las frases célebres de la cultura nacional en otro tomo para Voces del Olimpo.

Pero como ya no está, solo nos queda seguir viviendo la cultura política que nos evidencia desde años anteriores.

El ex administrador de la capital del país alegó que solo cometió “errores administrativos” y dio un paso al costado porque se cansó de tanto manoseo.

Sin embargo, el informe de la intervención dejó una conclusión contundente: “Nenecho usó 93% de los bonos para pagar salarios” y solo el 7% fue usado para obras, cuyos fondos eran para este rubro.

El informe del interventor Carlos Pereira se resume en 350 páginas. Entre los detalles se resaltan las seis observaciones de la Contraloría General de la República (CGR) que motivaron la intervención; entre ellas el uso de los bonos, la Cuenta Única y los famosos G. 500.000 millones y otros aspectos administrativos.

Ahora, queda en manos de la Justicia definir la situación de las cinco denuncias penales.

Sobre el ex intendente de Asunción, la Justicia deberá dictaminar si es culpable o inocente sobre las acusaciones que pesan en su contra relacionadas con la supuesta corrupción durante su gestión al frente de la Municipalidad de Asunción.

Como ciudadanas y ciudadanos esperamos que haya consecuencias en caso de comprobarse una inadecuada gestión.

Los asuncenos y paraguayos no se merecen una capital destruida, merecen una ciudad digna que florezca y sea un sitio que reluzca en sus calles y edificios. Debería ser un espacio digno de visitar y habitar para todos los paraguayos y paraguayas.

Mientras, seguirá esta semana el impacto político de la intervención y todo lo que dejó a su paso. Las declaraciones políticas, las acusaciones, seguirán a la orden del día. Pero esperemos que finalmente haya una consecuencia sobre los actos.

El caso ahora queda en manos de la Justicia para determinar las sanciones correspondientes que establezca la legislación. Es este ámbito el que determinará si el ex intendente es culpable o inocente.

Mientras, solo queda desear que ojalá que vuelvan, pero que sea con ganas de trabajar por Asunción. Ojalá, que la ciudad de Asunción finalmente caiga en manos de un buen estadista, ojalá que todos los ciudadanos puedan “estar mejor” y no solo los políticos de turno. Ojalá que en las siguientes elecciones se pueda elegir mejor. Ojalá que Asunción finalmente tenga un administrador o administradora a su altura.

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