Asunción no solo es una ciudad cara, sino que resulta además peligrosa tanto para sus propios pobladores como también para aquellos que solamente están de paso.
Además de las veredas rotas, los baches y el caos en el tránsito, las interminables obras del cableado subterráneo a lo largo de la calle Presidente Franco generan molestias a los transeúntes. Recientemente, una persona con discapacidad visual cayó en uno de los pozos abiertos, lo que le causó golpes y heridas. Se habla mucho del gigante dormido, mientras la capital se cae a pedazos.
La grave crisis que afecta a la capital es visible a lo largo y ancho de la ciudad, y también en diversos niveles. Es asimismo detectable en cada detalle, suciedad, veredas rotas, calles en malas condiciones e infraestructura urbana descuidada. Asunción, así como otras del país, se ha convertido en una ciudad peligrosa y donde el caos en el tránsito es cotidiano.
Al panorama asunceno del que –con cierta frecuencia– solemos referir, se deberá agregar un nuevo nivel, el de su peligrosidad. Esto se debe al accidente que tuvo lugar hace escasos días en la zona del microcentro.
Una persona con discapacidad visual se cayó en un pozo abierto de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) en el microcentro de Asunción y sufrió golpes y lesiones.
El afectado había relatado que, mientras caminaba por el microcentro de Asunción, sobre la calle Ayolas, se cayó en un pozo abierto por la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), que forma parte de otra decena de pozos abiertos como parte de las interminables obras de cableado subterráneo iniciadas en el centro de la ciudad. El joven, con razón, cuestionó asimismo que Asunción sea una trampa para las personas con discapacidad.
Las obras de cableado subterráneo abarcarán las calles Estrella, 25 de Mayo, Benjamín Constant, Presidente Franco y El Paraguayo Independiente (entre Antequera) y Don Bosco, va a incluir los alrededores de El Cabildo, el Congreso Nacional y la Catedral Metropolitana. Estas obras ya llevan meses a lo largo de la calle Presidente Franco, y tal como varias veces ha publicado ÚH, además de los pozos abiertos y sin señalizar, el estado de toda la zona resulta muy incómodo para los vecinos que viven ahí y también para los peatones, ya que hay piedras, tierra y basura acumuladas. Los transeúntes deben sortear no solo los pozos abiertos, sino que deben caminar por el asfalto, lo que aumenta el peligro.
Las excavaciones y colocación de ductos para media, baja tensión y fibra óptica son obras sin duda necesarias, pero los vecinos de la zona opinan que se están extendiendo en demasía, que las obras demoran y generan inconvenientes.
Desde hace meses, otra queja frecuente de los transeúntes es el desvío de las unidades del transporte público, pues no pueden circular por la calle Presidente Franco, lo que provoca más inconvenientes a los usuarios del ya pésimo servicio.
Recientemente se ha hecho el anuncio de que nuestra capital será sede de los Juegos Panamericanos 2031, y el presidente de la República, Santiago Peña afirmó que nuestro país está listo para mostrar su “fuerza y pasión”.
Explicaron que la candidatura de Asunción presentó un proyecto que incluye la construcción de Villa Panamericana, un Estadio de Atletismo y un nuevo Arena en el Parque Olímpico, con las comodidades necesarias para las delegaciones de todo el continente.
Sin lugar a dudas es un hecho que debe ser celebrado; sin embargo, no podemos dejar de cuestionarnos las realidades paralelas en las que parecen existir nuestras autoridades, tanto nacionales como municipales, quienes celebran cada vez que Asunción es sede de un gran evento deportivo, finales de la Conmebol o conciertos, pero se desentienden del estado lamentable y vergonzoso que muestra la ciudad a los visitantes.
Asunción es un problema crónico, es un caos y es peligrosa. Los vecinos de Asunción y la ciudadanía en general no se merecen vivir entre la suciedad y la inseguridad, porque todos aspiramos a que Asunción vuelva a ser una ciudad de jazmines en los patios y aromas de azahar en sus veredas: una ciudad amable con su gente, humana e inclusiva.