Pese a que las condiciones climáticas no lo ayudaron demasiado, Isabelino Maidana hizo lo posible para terminar a tiempo la silla papal, y todavía le queda la tarea de hacer otros cuatro sillones para los colaboradores de Francisco, que cumplirá una visita con una amplia agenda los días 10, 11 y 12 de julio próximos.
“El cuero blanco es demasiado delicado para trabajar en este clima porque se puede manchar”, relató este lunes en contacto con radio Monumental al comentar algunos detalles de su trabajo.
El sillón papal, que lo entregó ayer domingo al obispo de Caacupé, Claudio Giménez, mide 66.5 cm en la parte superior y 68 cm de ancho en la parte inferior, la madera está pintada en dorado, en la cabecera tiene una incrustación de oro y 26 piedras de diamante.
El respaldero es de cuero pintado en blanco y la cabecera de porcelana cuenta con la imagen de la Virgen de Caacupé impregnada en la parte superior, que es una artesanía realizada en porcelana por la artista Graciela Mena.
“Es un trabajo muy importante el que se me encomendó", comenta luego el artesano oriundo de Atyrá.
Los modelos de las sillas llegaron al país provenientes de Roma, sin embargo, Isabelino Maidana les da su toque y se toma la libertad de modificarlos. “No quise hacerlo así como vinieron”, agregó.