Irén Rotela y Mariana Sepúlveda son mediadoras en el Poder Judicial. Luego de mucho análisis e investigación de las leyes nacionales, decidieron concretar la primera demanda al Estado para el cambio de nombre, siendo respaldadas por la misma Constitución Nacional, explicaron.
Desde hace 22 años Irén decidió construir su propia identidad social y todos la conocen con ese nombre. El momento incómodo en donde ve su identidad afectada es cuando debe presentar su cédula de identidad al ir al médico o cuando pretende realizar algunas compras, comentó.
“Todos se burlan porque, pese que muestro un aspecto femenino, según sus documentaciones tengo nombre de hombre, mientras que yo ya construí una identidad durante varios años. Desde los 7 me conocen todos, hasta en mi familia, como Irén, no como Nery”, explicó la mujer en contacto con nuestra redacción.
Aclaró que no se trata de una demanda para cambio de género sino de nombre, como lo establece el artículo 25 de la Constitución Nacional y el artículo 45 del Código Civil, explicó la abogada de estas mujeres, Paola Vargas.
“No es algo de ahora nomás, todos nos registran con ese nombre. Nos encargamos de una construcción social en base a ese nombre. Nunca antes hicimos esta demanda porque no conocíamos las leyes que nos respaldaban, pero ahora estamos fortalecidas para hacerlo”, dijo Irén.
LA TRISTE REALIDAD. Comentó que mientras ella se muestra femenina, en su cédula aparece un nombre masculino que le genera muchos problemas y a la vez le causa un conflicto moral, social y hasta psicológico, explicó.
“Me causa problemas en los servicios de salud; cuando quiero consultar, los médicos se burlan cuando me llaman en el salón. Me da vergüenza levantarme con nombre masculino mientras muestro una imagen femenina”, refirió.
La demanda se realizó en la mañana de este martes en la Secretaría N.º 90 de la Corte Suprema de Justicia.
La abogada Vargas señaló que decidieron llegar hasta un juez civil y comercial para realizar la demanda de cambio de nombre para dejar constancia de que no se busca un cambio de género sino de nombre, recalcó una vez más.
“Tenemos entendido que estas chicas nunca se informaron sobre si es que era o no factible este tipo de demandas, pero con la organización Panambi llegaron a un grupo de abogados y se interiorizaron sobre el tema”, explicó.
Dijo que si esta demanda sale a favor sería un precedente muy importante para las trans y para el país mismo; mientras que si es rechazado, ellas podrían recurrir ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.