EFE
El ataque se originó cuando “guardias civiles privados al servicio de un ciudadano de origen brasileño” y provistos de armas de fuego irrumpieron en la comunidad y dispararon contra sus pobladores, según un comunicado difundido este domingo por Conamuri.
La organización señaló que “es inconcebible” que a los indígenas del país “se les esté despojando de sus territorios para apurar un genocidio silencioso”.
Lamentó que los pueblos originarios están siendo víctimas de “atentados contra sus derechos humanos”, en una especie de “cacería avalada por el modelo productivo dominante, que no los tiene en cuenta si no es para generar lucro a favor de su sistema económico”.
Conamuri también enfatizó que “la lucha por la tierra se profundiza en este tipo de situaciones”, en las que “un grupo de personas que pretende habitar su territorio con sus costumbres y formas de vida se ve atropellado por un particular extranjero que se dice dueño de esas tierras”.
Exigió la intervención de las autoridades para investigar los hechos, que calificó de “intento de homicidio múltiple”, así como para indagar el origen del conflicto por la tierra en la zona y encontrar y castigar a los responsables de los disparos.
La organización emitió el comunicado en coincidencia con la jornada en que se celebra el Día de la Lucha Campesina y reiteró su pedido de “una reforma agraria integral que proteja los territorios vulnerables y se afiance hacia la soberanía alimentaria”.
La ONG Oxfam asegura que Paraguay es uno de los países con mayor concentración de tierras del mundo, donde menos del 3% de la población es dueña de cerca del 85 % de la tierra.
La población indígena paraguaya asciende a 116.000 personas, aproximadamente el 1,7% del total, el 76% de los cuales se encuentra en situación de pobreza extrema, según datos del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI).