Bautizado como la nueva crackolandia de Ciudad del Este, en el Departamento de Alto Paraná, un conjunto de carpas negras instaladas en el paseo central entre la avenida Monseñor Rodríguez y la ruta PY02, a la altura de la avenida Concejal Romero que baja hacia el Lago de la República.
Allí se están concentrando personas que consumen todo tipo de drogas, lícitas e ilícitas.
Unos 500 metros más arriba está el microcentro comercial, rodeado de tres grandes shopping.
A un costado está el predio de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), el primero e histórico edificio de la telefónica estatal Antelco, hoy Copaco, y el Hospital Regional del Instituto de Previsión Social (IPS).
Hasta hace algunos días, los consumidores utilizaban el viejo edificio de Copaco para refugiarse. Allí utilizaban el baño y el agua y dormían en el pasillo. Pero después de las constantes denuncias de vecinos, se procedió a alambrar el predio y en la esquina se puso a un guardia privado para cuidarlo.
Desde este punto, estas víctimas de las drogas, toman la zona en su conjunto donde cometen todo tipos de hechos que van desde asalto, robos como pedido de dinero.
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Familiares de pacientes del IPS salen a comprar remedios en las farmacias ubicadas en los alrededores son literalmente acosados por estas personas que le piden dinero en el mejor de los casos, en el peor los asaltan con arma blanca en mano.
También, son víctimas de robo y asalto camioneros paraguayos y brasileños que estacionan al costado de la ruta PY02, esperando turno para cruzar el Puente de la Amistad, rumbo al Brasil.
Dueños de oficinas como es el caso del economista Carlos Aponte, señaló que su local ya fue visitado por estas personas por lo que tiene que reforzar los candados de su oficina. Lo mismo ocurre en los demás vecinos.
“Estas personas que también necesitan ayuda, entran y llevan de todo y van y venden para luego comprar drogas”, manifestó.
Pidió a las autoridades locales y nacionales tomar medidas para corregir esta situación porque cada día son más. “Cada día montan más carpas y si esto no se corrige a tiempo más tarde será peor”, lamentó.
¿Y nuestras autoridades?
Por su parte, el empresario Ever Rojas Borja comentó que todos los días pasa por el lugar para llevar a su hijo a la escuela lamenta las condiciones en que vienen estas personas que necesitan de ayuda, además de generar una muy mala imagen, prácticamente en la entrada al centro urbano de la ciudad para los vienen de la capital o de otro punto del país.
“Esto es indefendible, lastimosamente es una imagen que daña muchísimo a la ciudad. Por un lado tenemos el progreso, los buses eléctricos y por el otro, en tus narices la crackolandia. No estamos dimensionado muy bien las cosas y hay gente que los defiende. Esto es triste y lamentable. Hay que ser sinceros, nuestras autoridades son unos inútiles”, agregó el empresario.
Una preocupación
“Es una preocupación que siempre escuchamos y existe en todos los departamentos del país. Creo que tenemos que trabajar todos juntos. Implica una gran responsabilidad del gobierno actual. Se necesita de un presupuesto importante para poder atender estos males”, refirió por su parte el diputado Luis Tiki González al ser abordado sobre esta problemática social que afecta a Ciudad del Este.
Sostuvo que esto es un problema que tiene que ser abordado con un trabajo con diferentes órganos del Estado.
“Tenemos que tomar muy en serio y empezar desde la educación en la casa. Tenemos que trabajar en forma transversal en diferentes órganos para buscar soluciones”, sentenció.