Desde hace décadas, los vecinos de Capiatá se encuentran atrapados en una infructuosa lucha contra la fábrica de la empresa Cahpsa por la contaminación del aire, la tierra y el agua.
A pesar de las denuncias ante la Municipalidad y organismos ambientales, hasta ahora no encuentran una solución definitiva.
Es por ello que, tras la explosión del tanque de hidrógeno, consideran que finalmente serán escuchados por las autoridades locales y nacionales.
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José Núñez, un vecino afectado, relató a NPY que estaban almorzando cuando sintieron un temblor por la explosión expansiva.
“Se sintió el temblor, fue muy fuerte el ruido, hasta el centro de Capiatá dice que se escuchó. Para los que estuvimos cerca fue impresionante”, comentó.
Él y sus familiares quedaron con un gran susto porque no sabían lo que pasaba con exactitud, solo se esparcían rumores de una explosión en la fábrica e incluso pensaban que tenían que evacuar por los productos químicos.
“La explosión hizo temblar las paredes y techos. Hace tiempo que veníamos reclamando la contaminación, el olor que tiene, hollines, y también por estar en una zona urbana de Capiatá. Varios años de quejas por el olor, la contaminación. Pero teníamos este temor de que pase algo”, recordó.
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De acuerdo con Núñez, las zonas más afectadas son Rojas Cañada y Las Palmeras. Allí, según denunció, se rompieron paredes, blíndex y se produjeron numerosos daños materiales.
“La fábrica no está operando en forma. Tendrían que mudarse y no apeligrar vidas. Si hay una explosión más grande, puede alcanzar cinco kilómetros a la redonda. Es un peligro constante. Cambian de nombres por las denuncias que hay. No tenemos el apoyo de la Intendenta ni de los concejales”, reclamó.
“Vivimos en una bomba de tiempo”
Núñez lamentó igualmente que las autoridades minimicen las condiciones insalubres en las que viven, donde hay vecinos con problemas respiratorios y otros con cáncer. Ellos atribuyen sus problemas de salud a la contaminación de la fábrica.
“Vivimos en una bomba de tiempo acá al lado de la fábrica. Queremos el progreso, pero no a costa de nuestra salud ni integridad física. Nadie nos escucha, no nos hacen caso. Tenemos denuncias en la Fiscalía y el Mades. Dicen que tienen los permisos, pero nunca muestran”, demandó.
Cerca de la fábrica hay varias estaciones de servicio y una está justo frente a la planta.
“El olor es nauseabundo, hay moscas, ratas, y ellos minimizan eso. Ahora que pasó esto, no están preguntando por la fábrica. No lucrar contra nuestra salud”, cuestionó.
Núñez pidió que no se malinterprete su reclamo, ya que no está en contra del progreso; solo pide vivir en condiciones dignas.
Otro vecino mostró la nueva denuncia que presentaron ante la Fiscalía, en la cual describen los daños materiales que fueron provocados en las casas debido a la explosión.
“Varias décadas de problemas, las condiciones de insalubridad. Daños estructurales. Vienen precarizando las condiciones de vida de los vecinos”, señaló.
Una mujer que vive en la zona hace 28 años agregó que sus hijos no pueden circular sin antialérgicos.
Asimos, otra vecina también se sumó al reclamo: “Ayer (por domingo) se colmó el vaso. No somos oídos por las autoridades locales. Tengo 70 años y sigo luchando. Hay mucho peligro. Mi casa parecía que salió del lugar y luego volvió a su lugar. Necesitamos que nos escuchan. Hasta hoy día no nos escuchan. Nuestras autoridades minimizan”, criticó.
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¿Cuál es la situación de la fábrica?
Por su parte, el concejal liberal David Llano explicó que en abril de este año aprobaron de forma una nota en la cual recomendaban el cierre temporal de la fábrica. Sin embargo, la intendenta Laura Gamarra (ANR) resolvió una sanción y un plazo para presentar mejoras.
“Hemos solicitado que se traslade al parque industrial. Se deben tomar medidas”, expresó al respecto.
Llano indicó que la empresa opera sin un informe sobre el impacto ambiental actualizado.
La explosión del tanque se registró cerca de las 13:00 de este domingo y dejó tres trabajadores heridos de gravedad, quienes ya recibieron atención médica.
