Dos años de gobierno en los que no hubo avances, excepto una propuesta de reforma del transporte que avanza muy lenta, es la realidad que viven los usuarios en el Paraguay. Mientras las autoridades anuncian grandes eventos deportivos que con seguridad atraerán multitudes, los pobladores de Asunción y su área metropolitana, y las ciudades del departamento Central soportan a diario un caos que cada día parece agravarse más. La reforma integral del transporte público es un imperativo para el desarrollo, no es una opción.
Hablar de movilidad supone referirse a los movimientos que a diario realiza una persona dentro de su ciudad. Ese es uno de los más complejos problemas que debe afrontar el ciudadano: Moverse dentro de la ciudad. Moverse a través de la ciudad es una tarea cada vez más difícil debido al alto grado de caos que reina en el tránsito. Esta es una realidad que la padecen cotidianamente miles de personas en Asunción, su área metropolitana y en el Departamento Central; en las demás ciudades del país, en todos los departamentos, se carece de sistema de transporte público y las prometidas reformas, por lo general, siempre las dejan de lado.
En Paraguay, entre los problemas largamente postergados se halla el del transporte público. Su necesaria reforma y modernización es, sin dudas, uno de los reclamos más importantes, sobre todo porque incide directamente en la calidad de vida de la población.
En julio, el Ejecutivo había presentado al Congreso un proyecto de ley a través del cual busca impulsar la reforma integral del transporte público, iniciando con el área metropolitana de Asunción. En aquella ocasión, la ministra de Obras Públicas y Comunicaciones, Claudia Centurión, mencionó los tres grandes pilares de la reforma: El fortalecimiento del Viceministerio de Transporte y generar reglas claras; la renovación de la flota con buses amigables con el medioambiente, y la mejora en la infraestructura vial urbana. El proyecto de Obras Públicas ha encontrado objeciones y críticas, pero igualmente, su proceso avanza muy lentamente.
La realidad del caos cotidiano que debe soportar el ciudadano necesita una urgente solución.
Un estudio del Banco Mundial sobre movilidad subrayaba la expansión urbana y el número cada vez mayor de vehículos en las calles. Según el informe, si bien el 34% de la población del país se concentra en Asunción y Central, en la zona se realizan unos 8 millones de viajes diarios, de los cuales solo el 7% es con transporte público. Las deficiencias específicas del pésimo sistema hacen que aumenten a un 78% los viajes que se realizan en automóvil o motocicleta.
Otros datos aseguran que –de acuerdo con los datos del último censo– el promedio de espera de buses en Asunción y alrededores es de 20,9 minutos, y el promedio del tiempo que duran los viajes al trabajo es de 41 minutos. Al final, por eso el 69% de los hogares de la zona tiene auto o motocicleta.
Paraguay carece de un sistema de transporte público, de un sistema organizado y racional, y por eso los usuarios padecen humillaciones cotidianas, y mientras en la región se dispone de redes de movilidad modernas, pensadas para la comodidad y el bienestar de los usuarios, en Paraguay el transporte público está muy atrasado.
Las autoridades y los funcionarios del Gobierno hacen muy poco para mejorar la realidad de los ciudadanos, y por eso ellos deben seguir soportando el calor en buses sin aire acondicionado –pese al pago de un ticket preferencial–, las malas condiciones de las chatarras y las extensas esperas en las paradas.
Paraguay necesita, para solucionar el problema del caos del tránsito, un moderno sistema de movilidad y transporte, que sea eficiente, cómodo y seguro para los usuarios.
De cara a los grandes eventos deportivos que albergará nuestra capital, seremos una de las sedes al Mundial de fútbol 2030 y de los Juegos Panamericanos el año siguiente. Para esto, es urgente que se avance en la mejora del servicio de transporte, y que se amplíen las opciones con sistema de bus rápido, bicisenda y el tren de cercanías. De nada valdrán los discursos sobre un país que resurge y muestra su grandeza si su sistema de transporte solo muestra atraso.