Para aprobar una resolución bajo la CRA, se necesita mayoría simple de votos en ambas cámaras del Congreso y la firma del presidente. Una vez aprobada, la regulación queda anulada y no se puede promulgar una normativa similar en el futuro sin la autorización del Congreso.
Como argumento, Rounds sostiene que los agricultores y ganaderos de Dakota del Sur trabajan incansablemente para producir la carne vacuna “más segura, de mayor calidad y más asequible del mundo”, mientras que Paraguay históricamente ha luchado por contener los brotes de fiebre aftosa. “Los consumidores de todo EEUU deberían poder alimentar con confianza a sus familias con carne que saben que cumple con los rigurosos estándares”, dijo el legislador.
Se dirigió a la administración del presidente Joe Biden, a quien sugirió revocar la norma que permite las importaciones desde Paraguay porque, a su criterio, perjudica a los productores y consumidores estadounidenses. “Está claro que el USDA no tiene datos que demuestren que Paraguay cumple los estándares de salud animal”, añade.
La resolución bipartidista de Rounds y Tester tiene el aval de varios gremios de la producción ganadera de EEUU.
“Es fundamental que los funcionarios federales consideren los datos actuales al tomar decisiones que puedan afectar al hato ganadero de los EEUU. El uso de investigaciones obsoletas por parte del USDA no beneficia a los agricultores y ganaderos”, expresó Scott VanderWal, de la Federación de la Oficina Agrícola de Dakota del Sur, según el portal de Rounds.
“Con la larga historia de fiebre aftosa en Paraguay, junto con la combinación de las inspecciones del APHIS, que debían realizarse hace mucho tiempo, la reversión de las importaciones de Paraguay crea un riesgo innecesario para la industria”, acotó.
Justin Tupper, de la Asociación de Ganaderos de Estados Unidos (USCA), sostuvo que la última vez que funcionarios de EEUU estuvieron en una planta procesadora de carne paraguaya fue en el 2014 y advirtió que un brote de fiebre aftosa en el país norteamericano sería devastador y causaría pérdidas financieras duraderas de entre USD 33.000 y 93.000 millones. Rounds y Tester son los dos congresistas que en diciembre pasado ya habían presentado un proyecto de ley bipartidista como primera iniciativa legislativa contra el ingreso de la carne local a ese mercado.
La segunda propuesta similar la presentó solo días pasados el congresista de Texas, Ronny Jackson. En este caso, se trata de otra resolución de desaprobación para oponerse a la norma final del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal para la importación de carne fresca paraguaya.