“Starship se está preparando para despegar el 17 de noviembre, sujeto a la aprobación regulatoria” pertinente de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), anuncia SpaceX en sus redes sociales.
La agencia espacial estadounidense NASA sigue muy de cerca el desarrollo del Starship y cuenta con esta nave para sus misiones Artemis de regreso a la Luna. De hecho, una versión modificada de la máquina debería servir como módulo de aterrizaje para depositar a sus astronautas en la superficie lunar.
El pasado 20 de abril, Starship despegó por primera vez en su configuración completa desde la base de Boca Chica, en el estado de Texas (sur). Pero en la ocasión varios motores no funcionaron y los equipos de SpaceX deliberadamente hicieron estallar el cohete después de unos minutos de vuelo.
La FAA abrió entonces una investigación de seguridad, que concluyó a finales de octubre. Aún no completó su investigación ambiental, realizada en colaboración con las autoridades federales.
El primer despegue había generado una nube de polvo a varios kilómetros al noroeste de la plataforma de lanzamiento, que a su vez estaba muy dañada. Trozos de hormigón habían sido catapultados con la potencia de los motores.
SpaceX anunció entonces 63 correcciones para su segundo intento que incluyen “rediseños del hardware del vehículo para evitar fugas e incendios” y también el “rediseño de la plataforma de lanzamiento para aumentar su robustez”.
Starship tiene 120 metros de altura y está compuesto de dos secciones: la etapa de propulsión Super Heavy y sus 33 motores, y encima de ella se ubica la nave espacial en sí.
Su verdadera innovación es que debe ser completamente reutilizable, y las dos etapas están diseñadas para regresar y aterrizar en su plataforma de lanzamiento, lo cual permite reducir costos. AFP