Es necesaria la implementación de una política de Estado eficaz a largo plazo y bien articulada en educación sobre seguridad cibernética. Inicialmente, se puede aplicar en las escuelas y colegios. La utilización de la tecnología está incorporada en las instituciones educativas como parte del programa del MEC, pero se debe fortalecer y avanzar más sobre ciberseguridad. Así se generarán buenas prácticas desde temprana edad ante riesgos y desafíos que se vienen en el mundo digital, más aún con la evolución de la inteligencia artificial (IA).
Cada vez más crecen los riesgos por medio de la tecnología y hay que decirlo, también aumentan las oportunidades. Es necesario por ello generar una cultura entre los ciudadanos de prevención y conocimiento sobre hechos que pueden afectar a la gente en particular, porque quien más, quien menos, está conectado a la tecnología, ya sea por medio del teléfono, una computadora u otro tipo de dispositivo.
Hoy en día en que en general las personas se manejan con el teléfono y desde allí realizan sus operaciones bancarias o pagos es recomendable que sea cuidadosa en el uso de este o de otros aparatos que puedan ser blanco de fraudes cibernéticos.
En esta era digital, la ciberseguridad es un aspecto fundamental para garantizar la privacidad, la seguridad y el bienestar de las personas que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
Más de uno habrá recibido correos extraños pidiendo actualización de datos supuestamente para entidades bancarias. Incluso bancos han alertado a sus clientes de estos correos falsos. La forma más común en que los cibercriminales pueden obtener información confidencial es cuando se hace clic en un mensaje o correo inadecuado; es decir, un clic en algo que no deberías hacerlo.
Los enlaces maliciosos en correos electrónicos, tuits, mensajes de texto, publicaciones digitales, mensajes en redes sociales y publicidad maliciosa en línea son un método con el que los piratas informáticos consiguen datos para luego operar con ellos para las estafas, fraudes, extorsiones y o suplantación de identidad. Por eso, hay que tener mucho cuidado en abrir enlaces o descargar cualquier material de un emisor desconocido.
El ciberdelito pone en peligro a personas de todas las edades, por lo cual la educación sobre la importancia de proteger información personal, los dispositivos y redes sociales es de fundamental. En este aspecto los menores de edad son los más vulnerables a los riesgos y amenazas del ámbito digital por lo cual también los padres y docentes deben realizar un acompañamiento a los jóvenes en el buen uso de estas tecnologías y como prevenir o disminuir los peligros.
En este contexto, es necesaria la implementación de una política de Estado eficaz a largo plazo y bien articulada en educación sobre ciberseguridad, para que tenga el impacto que se requiere.
Inicialmente, se puede aplicar en escuelas y colegios e ir ampliando su cobertura.
Hay que decir que en estas se incorporó la utilización de la tecnología como parte del programa del MEC, pero se debe fortalecer y avanzar más en la educación sobre la ciberseguridad, teniendo en cuenta que el crecimiento tecnológico tiene sus derivaciones y riesgos. Además, con una buena capacitación se puede sacar mejor provecho en el desarrollo personal.
La educación en este ámbito se debe iniciar en edad temprana y con el correr del tiempo ir adaptándose a las peculiaridades y requerimientos de cada etapa. Debe ser transversal e integrarse en el currículo escolar, así como en las actividades extraescolares y familiares.
Considerando la evolución permanente de la tecnología y los consecuentes riesgos, a la que también se suma la Inteligencia Artificial (IA), el mundo digital se torna más sensible y vulnerable por lo cual la capacitación para prevenir riesgos y sacar mejores oportunidades debe ser sostenida en el tiempo.
Tanto las empresas privadas como el Estado en las diferentes instituciones deben seguir invirtiendo y fortaleciendo su sistema de seguridad digital e igualmente capacitar a sus recursos humanos.
