Cuando la tendencia generalizada es construir murallas cada vez más altas y vivir en vecindarios con desconocidos, los vecinos del barrio Lapachal II de Luque, en el Departamento Central, ofrecen una ejemplar lección al apostar por redescubrir la cultura de la plaza, un espacio público que lo cuidan entre todos.
Conformaron una comisión vecinal, a través de la cual los vecinos cuidan, literalmente, ellos solos la plaza San Silverio. Ese espacio público lleno de árboles, con espacios para caminata, juegos de piky vóley y de básquet, es el centro de la vida de la comunidad.
La plaza está siempre muy concurrida y, particularmente los fines de semana, se organizan actividades culturales. Con gran esfuerzo se llevan a cabo conciertos de música, se exhiben películas nacionales –con el bono extra de tener como invitados a los actores y directores– y, además, los niños suelen disfrutar de teatro de títeres.
El mantenimiento del lugar está a cargo exclusivamente de los vecinos. Como explica el presidente de la Comisión Vecinal, Rubén Jara, colaboran entre los vecinos para pagar la limpieza del espacio público, pintar las ruedas que tienen instaladas, etc. “Juntamos el dinero entre los vecinos para que vengan a limpiar la plaza, porque la Municipalidad no lo hace; nosotros también pintamos. El mantenimiento de la plaza está a cargo de los vecinos. La Municipalidad nos da muy poca bolilla. Presentamos pedidos para que hagan la limpieza, y no aparecen, por eso somos autosuficientes”.
Dos elementos resaltan en esta plaza: la abundante sombra de los árboles, plantados y cuidados por los vecinos, y su peculiar biblioteca placera.
Biblioheladera
La biblioteca se trata en realidad de un par de heladeras que recibieron una segunda oportunidad y fueron recicladas como muebles. Explica Rubén Jara que fueron a visitar un local donde reparan heladeras y pidieron una donación; la segunda heladera la consiguieron con una campaña en las redes sociales.
Bien pintadas, albergan decenas de libros, especialmente libros para niños, y son conocidas como la Biblioteca Placera. “Se usa mucho, la gente lleva los libros y los devuelve cuando termina de leer”; los libros fueron donados por los mismos vecinos y también por Servilibro y El Cántaro.
La Biblioteca Placera cuenta además con dos bibliotecarias, comenta el presidente de la comisión vecinal. “Que hacen muy bien su trabajo; una tiene 8 y otra 9 años, y viven frente a la plaza. Ellas acomodan los libros, nos avisan cuando hay que reponer, son las encargadas de cuidar, controlar y acomodar los libros”. Esta biblioteca, ubicada en un rincón de la plaza, cumple sin dudas su propósito de fomentar la lectura.
La idea de la que parten es que la gente utilice el espacio público, como explica Rubén: “Queremos que la gente habite la plaza, que use la plaza para encontrarse, porque creemos que habitando la plaza tenemos mayor seguridad para la gente, ahora que estamos viviendo situaciones de mucha inseguridad en el país, en nuestra plaza nunca tuvimos ningún problema respecto a eso. Porque nos conocemos y nos comunicamos entre nosotros”.
La plaza sin bancos
La plaza San Silverio es un espacio comunitario construido a pulmón por los vecinos y tiene una particularidad que la distingue: es una plaza sin bancos donde sentarse a la sombra a compartir un tereré con la vecina, y descansar viendo jugar a los chicos.
El que no tenga bancos se explica por el ninguneo de la Municipalidad de Luque, la cual solamente se ocupa de las plazas del centro de la ciudad, pero no de las que están en la periferia. Ante la falta de bancos, los vecinos deben cargar sus sillas para disfrutar de su plaza. También utilizan las ruedas instaladas, aunque estas no son tan cómodas. La Biblioheladera cuenta con dos banquitos de pallet que fueron hechos por los vecinos para completar el mobiliario de los niños.
Otra de las necesidades que tiene la comisión actualmente es el mantenimiento y la reparación de los juegos para niños. El presupuesto que manejan depende exclusivamente de las actividades que realizan, y además ellos se encargan de la cuenta por la provisión de agua y la energía eléctrica. Como ejemplo, para poder hacer la pista para la cancha de básquet organizaron una hamburgueseada. Asimismo, desde este fin de semana, iniciará en la plaza sus actividades el Movimiento Guía Scout, y ya se hace necesario también contar con baños.
Una plaza bien cuidada y un grupo organizado de vecinos atraen sin dudas de vez en cuando a los políticos. Según el presidente de la comisión vecinal, estos se acercan más que nada a hacer propaganda. “Vienen cada cuatro años cuando necesitan fotos. Cuando vienen, yo les digo: ‘Hola, hace cuatro años que no nos vemos!’. En nuestra comisión hay de todos los partidos, pero lo que nosotros queremos es que la gente pueda disfrutar de este lugar, que los niños tengan un lugar donde jugar seguros. Todo el barrio va a la plaza, usa el espacio. Cuando tenemos teatro de títeres, se llena, le encanta a la gente, y así estamos cambiando la mentalidad con todo este trabajo”.
La plaza San Silverio es sin dudas un oasis verde entre tantas edificaciones. Ubicada a unas 20 cuadras del centro de Luque, alberga a un vecindario de gente trabajadora que con su esfuerzo redefine el sentido de la vida en comunidad.