En la primera audiencia pública convocada por un grupo de legisladores, encabezados por el senador José Oviedo (Yo Creo), se resaltó la necesidad de actualizar la jornada laboral de 8 horas diarias, que en Paraguay se estableció en 1936, a las actuales condiciones económicas y tecnológicas del presente que, en el mundo, tiende a reducirse cada vez más.
El proyectista explicó que no es una medida populista, sino una realidad que no debe “ocultarse a nuestra gente” y que debe ser analizada con profundidad. En tal sentido, anunció que están haciendo un estudio técnico, mediante una encuesta, sobre el impacto real que tendrá reducir a 40 horas semanales la carga laboral en los diferentes sectores.
Además de los argumentos a favor y en contra del proyecto de ley “Que establece las 40 horas semanales y deroga varios artículos de las leyes laborales para su plena vigencia”, se plasmó la necesidad de que el tema se analice considerando las condiciones del transporte público y la baja cobertura de la seguridad social (IPS).
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“Estamos en una porción de 30% de países que tiene jornadas tan largas de trabajo”, expresó Mercedes Canese, asesora, quien explicó que para la propuesta legislativa en debate revisaron todas las normas vigentes y el marco constitucional, además de analizar el impacto en los países donde ya se aplican las 40 horas o menos inclusive. El resultado es altamente positivo en cuanto a calidad de vida de los trabajadores y la productividad en las empresas, indicó. Aclaró que el objetivo del proyecto de ley es realizar tal reducción en forma gradual y sin afectar los salarios. También que en el 70% de los países del mundo se trabaja 40 horas o menos. En la región, mencionaron a Ecuador y Venezuela, y que México, Chile, Brasil, Uruguay y El Salvador se encaminan hacia lo mismo.
Entre los beneficios de esta medida, citaron que podrán descomprimirse los servicios de la salud pública. Los trabajadores tendrán más tiempo para actividades físicas, alimentarse mejor, capacitarse, participar de actividades recreativas y compartir con la familia. Mejorará la salud mental, se reducirá la ausencia de padres y madres en las actividades escolares de los hijos y con la ley se promoverá la creación de más emprendimientos y nuevos negocios.
Otros argumentos
Sin embargo, frente a esos argumentos, Eugenio Cajes, vocero de la Asociación de Comerciantes e Importadores del Paraguay, dijo que disminuir horas laborarles costará mucho al consumidor final porque implicará aumentos en los precios. “Debemos contratar más personal y esto es costo adicional”, afirmó y expresó que no están de acuerdo con la propuesta.
La misma preocupación expresó Luis Ibarra, presidente de la Asociación de Almaceneros Minoristas del Paraguay. “Vamos a tener que implementar un turno más y eso puede incidir en los costos de los productos”. Agregó que en realidad el país necesita mejorar en toda su infraestructura y servicios, en salud y educación.
Luis Tavella, presidente de la Federación de Mipymes, pidió considerar que la situación económica de nuestro país no es igual a la de los otros países. Recordó que 98% de las empresas del país son mipymes; que Paraguay tiene la productividad más baja en la región y que en comercio y tecnología “somos los más atrasados”.
Expresó que si se quiere mejorar la situación del trabajador y del empresario, hay que dotarles de tecnología, capacitarles y “automáticamente va a mejorar la productividad y el salario”.
También hizo hincapié en la precariedad del transporte público que implica en promedio que un trabajador destine 4 horas entre ida y vuelta a su lugar de empleo, por lo que este es un tema concomitante a cualquier intención de mejorar la calidad de vida de las personas. “Estamos dispuestos a trabajar, este camino no es el correcto. Si llega a salir (la ley), va a crear inflación y mayor informalidad”, advirtió.
En términos similares se manifestó César Armele, asesor de la misma federación, al decir que países que han adoptado las 40 horas son aquellos que han tenido mayor desarrollo. “Paraguay está en otra tesitura. Necesitamos crear empleos decentes”, apuntó, agregando que un tema como este, que es multidimensional, debe ser abordado por los tres poderes del Estado.
Guillermina Coronel, empresaria y vicepresidente de la misma federación, graficó la informalidad laboral indicando que el salario mínimo y la ley solo rigen en Asunción, “porque nadie va a verificar”. Aclaró que no están de acuerdo con el proyecto de ley. “Necesitamos trabajar más para que este país salga adelante. Si la gente quiere calidad de vida, tiene que trabajar el doble”, apuntó.
Raúl Monte Domeq, asesor económico de las centrales sindicales, valoró el proyecto de ley, pero dijo que se tiene que discutir mucho más al respecto, porque “el Estado paraguayo no tiene capacidad de controlar el cumplimiento de las leyes laborales”. El Ministerio de Trabajo cuenta solo con 17 inspectores laborales para todo el país.
Laura Flores, médica y docente en seguridad y salud del trabajo, aclaró que tener más horas de carga horaria no es igual a mayor productividad. Ella celebró que se haya presentado el proyecto de ley, pero sugirió seguir profundizando en el tema.
El senador Oviedo anunció que conformarán una mesa técnica en la que estén representados los trabajadores, empresarios, el Ministerio del Trabajo y los proyectistas.