27 jul. 2024

Ricachones

Benjamín Fernández Bogado – www.benjaminfernandezbogado.wordpress.com

Justo en la semana que se estudia que los clubes de fútbol pasen a ser sociedades anónimas, el senador Jaeggli planteó comprar la deuda y con ella al Partido Liberal para unos 7 ricachones como definió a sus amigos. En realidad, llega un tanto tarde.

En coincidencia con el Bicentenario del país, Horacio Cartes se le adelantó con la agrupación política otrora fundada por el Centauro de Ybycuí y que ha demostrado ser una franquicia altamente rentable y con notables dividendos de retorno anuales. Con casi setenta años en el poder ha hecho ricachones a unos cuantos y condenados a la pobreza a más de dos millones de paraguayos, muchos de ellos agradecidos votantes.

La política se ha convertido en un gran garito. Se imaginan que si se roban casi dos mil millones de dólares del Presupuesto anual en compras de bienes y servicios lo que debe dar en términos de retorno la compra de una franquicia partidaria. Si en EEUU es un gran negocio una empresa con 10% de retorno en ganancias y en el Paraguay alrededor de un 22%, lo que da la política en inmensamente mayor que el negocio de las drogas y el tráfico de personas incluidas.

Un comprador de franquicia puede invertir unos 40 millones de dólares para hacerse con el poder por 5 años y eso le da acceso preferencial a casi 10 mil millones de dólares en el quinquenio. ¿Qué negocio tiene un retorno tan descomunal como ese?

Algunos pueden ser pillados en actos delictivos, pero el retorno a los ricachones del partido es tan grande que puede confundir a cualquier fiscal como el que investiga el asesinato de su colega Pecci.

A su retorno de Colombia, Doldán dijo que está seguro de que quien mandó matar al fiscal está en Paraguay, pero no tiene la forma de probarlo. En realidad, lo que quiso decir es: “Sé quien es, pero no me animo a señalarlos por los costos que ello implica”. ¿Miedo, incapacidad o asumir la realidad? Vaya uno a saberlo.

Los ricachones del liberalismo están dispuestos a pagar 8 millones de dólares que es la deuda partidaria y alzarse con la franquicia. Dicen que le echarán una mano de pintura, cambiarán el nombre por algo más abreviado, le pondrán cajeros automáticos y renovarán con jóvenes ambiciosos y angurrientos el manejo de la empresa... perdón: El partido.

Si Eligio Ayala viviera volvería a morirse ante la escena de una agrupación política que ganó la guerra del Chaco a caballo de la honestidad y la eficacia y que hoy está a la venta en el mercado de pulgas de los oportunistas, mafiosos y corruptos.

Partidos políticos vaciados de contenido, pero, sobre todo, de vergüenza hoy se lamentan estar en el mercadillo de la codicia y de la permuta.

No hay ideologías, líderes con decencia y una narrativa de futuro que entusiasmen y encolumnen a millones a seguir sus banderas y compromisos. Hoy, el voto se compra y el mercado no tiene espacio para los decentes.

Se asume en el prostíbulo de la política que nadie entra por amor. Ahí todo es mercancía y las enfermedades venéreas que pueden contraer es solo parte de los costos del negocio.

Los ricachones en el poder se aseguran algo de los 2.000 millones que dan para repartirse entre todos. Ingresan los que nunca votaron en sus vidas o los que se metieron al Estado de la mano de Jaeggli al Banco Central como Peña para acabar con un pañuelo colorado para salvar el cargo público que tenía. No pidan vergüenza. De eso, no se habla con las meretrices.

Los ricachones de la política lo han copado todo. Contrabandistas, narcos y traficantes de distintas índoles son franquiciadores de partidos de una República condenada al escándalo primero y a su desaparición después. 8 millones por el Partido Liberal es demasiado poco para semejante vergüenza y realidad.

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