La Policía Rodoviaria Federal (PRF) del vecino estado brasileño de Paraná advirtió un fuerte repunte en el tráfico ilegal de medicamentos durante 2025 desde la región de la Triple Frontera, donde limitan Ciudad del Este, Paraguay, Foz de Yguazú, Brasil, y Puerto Iguazú, Argentina. Entre enero y setiembre, los agentes incautaron 32.744 unidades de fármacos irregulares.
Se trata de cargas que ingresaron al vecino país desde Paraguay por el Puente de la Amistad y puertos clandestinos que operan en aguas del Lago Itaipú y el río Paraná.
Las incautaciones mencionadas se realizaron en distintos controles, representando un aumento del 138% en comparación con el mismo periodo del año pasado. El volumen confiscado ya supera todo lo incautado en 2024, cuando se retiraron de circulación 26.287 unidades en doce meses.
El contrabando se concentra sobre todo en productos para adelgazar y anabólicos. Según la PRF, los cargamentos son transportados en condiciones precarias que ponen en riesgo directo la salud de los consumidores.
Durante los operativos, los fármacos fueron hallados en escondites improvisados, en fondos falsos de vehículos, en el interior de electrodomésticos y hasta en latas expuestas a altas temperaturas.
Especial preocupación generan los casos en los que se detectaron fármacos que requieren refrigeración estricta, pero que eran trasladados con hielo casero o a temperaturas extremas, sin control alguno.
La ruta
La PRF atribuye los resultados a una combinación de fiscalización intensiva y trabajo de inteligencia. De acuerdo con datos oficiales, en 4 de cada 10 incautaciones participó de manera directa el servicio de inteligencia de la institución, lo que evidencia la articulación de operaciones estratégicas.
Los agentes advierten que las rutas utilizadas para el transporte de medicamentos ilegales suelen coincidir con los corredores del tráfico de drogas y del contrabando de mercancías de alto valor. Este solapamiento revela un entramado criminal complejo, donde distintos tipos de ilícitos convergen en las mismas cadenas logísticas.
El crecimiento del mercado clandestino de medicamentos se explica en gran medida por la alta demanda de productos sin receta a precios más bajos que los del mercado formal. Muchos consumidores optan por esta vía ilegal sin conocer los riesgos que implican.
Se advierte que una proporción significativa de los fármacos incautados son falsificados, fabricados sin condiciones sanitarias ni control de origen. Se menciona que el peligro no es solo económico, sino también sanitario.
Estos medicamentos pueden causar efectos graves, incapacitantes e incluso fatales, además de generar un impacto adicional en el sistema de salud pública.
Marco legal
En Brasil el transporte y la comercialización de medicamentos sin registro en la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), así como de fármacos falsificados o sin comprobación de origen, constituyen un delito tipificado en el artículo 273 del Código Penal brasileño.
La norma establece penas de entre 10 y 15 años de prisión, además de multas, y la tipificación es equivalente a la de los delitos considerados atroces.
Incluso las cantidades reducidas bastan para configurar el delito. “No importa si se trata de una caja o de un cargamento completo. El simple hecho de poner en circulación un producto sin control puede representar un riesgo inmediato para la vida de un consumidor”, subraya la PRF en un comunicado oficial.
Menciona además que el aumento de las incautaciones refleja tanto la eficacia de los controles como el avance del comercio clandestino de medicamentos en la región.
Con el estado de Paraná como punto estratégico en la frontera sur de Brasil, las autoridades intensifican operativos para frenar un fenómeno que combina contrabando, falsificación, crimen organizado y riesgo sanitario.