“El sufrimiento desgarrador del pueblo palestino y, de modo particular, de la población de Gaza” alcanza niveles de devastación que, según recordaron, el papa Francisco calificó como “genocidio”, acogiéndose a la opinión de expertos.
En su mensaje, Conferpar sostiene que “no podemos permanecer indiferentes ni permitir que el silencio se convierta en complicidad”.
Denunció las “gravísimas violaciones al derecho internacional humanitario”, como “el asedio prolongado, el bombardeo sistemático a campos de refugiados, hospitales y otras infraestructuras civiles, la negación de ayuda humanitaria, la muerte masiva de niños, mujeres y personas inocentes, el desplazamiento forzado y, más recientemente, la amenaza de expulsión total de la población palestina de Gaza”.
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Afirmaron que no se puede relativizar ni justificar el dolor de Gaza, y que toda vida humana, “ya sea israelí o palestina, es sagrada por ser don de Dios”.
No obstante, señalaron que “la sistematicidad y brutalidad de los crímenes israelíes contra la población palestina (…) exigen una condena clara y firme por parte de todos los países”.
El comunicado exhorta a un “cese inmediato de toda violencia”, así como a “la apertura de corredores humanitarios seguros, el ingreso sin restricciones de ayuda, la liberación de rehenes y la reconstrucción urgente de Gaza con apoyo internacional”.
También los religiosos manifiestan su respaldo a las voces críticas dentro del pueblo judío que rechazan la guerra, y advirtieron que “el respeto a la vida, la libertad y la dignidad del pueblo palestino no es incompatible con el respeto al pueblo judío; al contrario, es una exigencia ética compartida”.
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Asimismo reiteran las palabras del papa Francisco, quien dijo que “la guerra nunca debe ser inevitable porque en ella nadie gana y todos perdemos; las armas pueden y deben callar porque no resuelven los problemas, sino que los agravan”.
Ante esta situación, invitan a las comunidades religiosas del país a orar, denunciar y actuar.
“No podemos resignarnos ante la lógica del poder sin límites. La paz es posible si hay voluntad política, pero debemos tejerla desde todos los espacios y con nuestras propias manos”, concluye el comunicado, que encomienda esta súplica a Nuestra Señora de la Paz.