“Los perpetradores (de las matanzas) deben responder por sus actos”, subrayó Guterres, quien dijo que es “inaceptable que civiles pongan sus vidas en peligro, y que las pierdan, por conseguir comida”. Este martes murieron 27 personas por disparos del ejército israelí en las cercanías de un centro de distribución de ayuda, disparos que el ejército israelí reconoció haber realizado para protegerse de unos individuos que se habían desviado “de las rutas de acceso designadas”. El lunes fueron 31 muertos en circunstancias similares.
Los palestinos “tienen el derecho fundamental a comida apropiada para verse libres del hambre”, continuó Guterres, que una vez más volvió a reclamar a Israel que permita a la ONU encargarse de esos repartos de comida y ayuda humanitaria y no ponga trabas a sus agencias.
EEUU CORROBORA INFORMES. La Casa Blanca afirmó que está corroborando la “veracidad” de los informes sobre disparos mortales cerca de un centro de ayuda humanitaria.
“El Gobierno está al tanto de esos informes, estamos en este momento investigando la veracidad de los mismos”, porque “a diferencia de algunos en los medios, no tomamos la palabra de Hamás como verdad absoluta”, dijo a periodistas la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
El gobierno israelí ha apartado a la ONU del reparto de la ayuda humanitaria que ha permitido en Gaza y ha puesto al frente a la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), organismo privado creado en Estados Unidos por contratistas con experiencia en pasadas guerras y que se ha visto sobrepasada en los pasados días por las escenas de pánico y desesperación.
EEUU defendió la labor de GHF, al tiempo que avanzó la apertura de cuatro nuevos centros de reparto. La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, insistió que la GHF ha “distribuido siete millones de comidas hasta la fecha” en “una zona de guerra donde nunca habrá una dinámica perfecta”. EFE-AFP