Edgar Medina
CIUDAD DEL ESTE
Docentes del oeste del Alto Paraná denunciaron que los pupitres, fabricados con placas de MDF (una mezcla de fibras de madera y resinas) comenzaron a aflojarse rápidamente. Los tornillos autoperforantes arrancaron trozos del material, lo que impidió su reparación.
Nemesio Florentín, director y docente en dos colegios de la zona, explicó que al menos seis instituciones reportaron daños similares. “Desde mi institución, informamos 14 pupitres averiados. Otros colegios notificaron entre 15 y 20”, afirmó.
Tras viralizarse videos que mostraban las fallas estructurales, la empresa reaccionó y envió técnicos al día siguiente para cambiar las tapas dañadas y retirar las piezas deterioradas. Sin embargo, los docentes no creen que el mobiliario dure un año, atendiendo a la experiencia reciente con la cantidad averiada.
Persistente. El problema sobre los pupitres para estudiantes persiste, ya que no hay forma de reposición en caso de la rotura de los muebles, porque las sillas de madera que se tenían en los colegios habían sido retiradas con la entrega de los nuevos mobiliarios.
El Gobierno entregó una unidad por cada alumno y si esto se llega a averiar y no puede repararse, el estudiante podría quedar nuevamente sin su silla. “Nosotros cuidamos los muebles, instruimos a los estudiantes para que los respeten, pero el material simplemente no resiste”, afirmó Florentín.
La compra de los llamados “pupitres chinos” por USD 32 millones ya había generado polémica no solo por su elevado costo, sino también por haberse excluido a las industrias nacionales.
Críticos, como el intendente apartado de Ciudad del Este, Miguel Prieto, denunciaron una supuesta sobrefacturación por parte del equipo del actual director de la Itaipú, ingeniero Justo Zacarías Irún.
Kamamya SA, la firma proveedora, pertenece a Liong Jang, un empresario vinculado al vicepresidente Pedro Alliana y a la familia Zacarías, conforme con las denuncias.