“¡Fabio Romero!”, grita un guardia de seguridad. “¡Familiares de Fabio Romero!”, repite en voz alta. Es casi las 10:00 de la mañana y el albergue está desbordado de familiares y acompañantes, que acampan en medio del tinglado, o más bien en un albergue provisorio, frente a emergencias.
Una mujer, de pelo rubio, duerme plácidamente encima de un colchón con los pies al aire. Otra joven revisa el celular recostada en una colchoneta. Otros, sentados en sillas plegables, inician otra jornada más de vigilia en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS).
Bajo un tinglado, sin paredes, solo cubiertos por una cortina transparente, viven en medio de colchones, sillas, termos, cubiertos, bolsones y mosquitos. Los familiares están en vigilia permanente debido a los pedidos constantes de insumos y medicamentos. A veces, son llamados para asear y dar de comer a los internados en Urgencias.
A Gladys Ríos se le quiebra la voz al contar que su papá pasa frío en Emergencias. El servicio está rebasado, contó. A esa situación se suma que el personal de blanco –en algunos casos– no tiene un trato adecuado con las personas y pacientes, lamentó.
Sentada en una silla plegable, trata de pasar las horas en espera de los informes médicos. El diagnóstico de su padre, de 85 años, es chikungunya y ACV. Para el traslado en ambulancia desde Isla Pucú, Cordillera, gastó G. 1.300.000.
GOLPE AL BOLSILLO. De G. 500.000 a G. 1.000.000 es el promedio del gasto diario para la compra de medicamentos, insumos, adquisición de pañales y comida. El gasto de G. 500.000 representa dos meses de aportes de un trabajador cotizante al seguro social, teniendo en cuenta el salario mínimo legal vigente.
José Acosta vino desde España para acompañar a su hermano gemelo internado en emergencias del IPS. Cuenta que la familia gasta casi G. 500.000 a G. 1.000.000 cada día. Entre sillas, bolsones y colchones, hace vigilia. A José le parece que es necesario mejorar las condiciones del albergue para una estadía con dignidad para los acompañantes. Le faltan muebles y una cocina comunitaria, dijo.
A Lorena Melgarejo también le parece que es necesario mejorar la limpieza en el albergue, ubicado frente a Emergencias. Sentada bajo un árbol de mango pasa las horas cada día. Ella acompaña a su marido.
Pese a las constantes denuncias en contra de la gestión del titular del IPS, Vicente Bataglia, este se aferra al cargo.
Bataglia: Dos años de criticada gestión
Firme en el cargo político. Pese a las constantes denuncias, una interpelación y un desabastecimiento constante de medicamentos, el doctor Vicente Bataglia se aferra al cargo de presidente del Consejo de Administración del Instituto de Previsión Social (IPS). Hace dos años tomó el mando del principal seguro social de los trabajadores.
En julio del año pasado, la crisis se acentúo con la polémica denuncia de presunta negligencia médica en el caso de la amputación errónea a Ramón Samudio (78). La imagen del servicio social se devaluó y solo hizo cambios en las direcciones del Hospital Central.
Pese a la interpelación, que constó de 44 preguntas y una maratónica sesión de 7 horas, no hubo una declaración oficial de los Diputados con relación al voto censura. También tuvo a cuestas el pedido de renuncia de la Cámara de Senadores. Pero no tuvo un impacto para que renuncie al cargo.
En medio de la crisis en el sistema de salud se multiplicaron los casos de denuncias por el desabastecimiento de medicamentos e insumos, incluso de un sistema colapsado del call center que no es accesible para los agendamientos, entre otros reclamos sobre el servicio médico.
Bataglia que está al frente del principal seguro de los trabajadores del país desde el 11 de marzo del 2021 –hace dos años– solo acumula denuncias en contra de su gestión. A este panorama se suman las constantes denuncias de supuestos negociados en las licitaciones públicas. El año pasado, el IPS adjudicó a 6 empresas la tercerización del servicio de limpieza por un valor de más de G. 72 mil millones, cuya licitación fue señalada como un supuesto negociado.
No solo Bataglia se aferra al cargo, sino que también los cinco consejeros cuyos salarios netos rondan entre G. 30 a G. 35 millones, cuyas cifras representan 13 salarios mínimos legales vigentes (G. 2.289.324).
En su mayoría, los representantes tienen vínculos con sectores partidarios. El IPS se convirtió en los últimos años en el botín político del gobierno de turno que incide en que los viejos vicios se eternicen en el sistema de salud.
La atención médica está muy bien. Pero el albergue, por ejemplo, tiene que tener camas para todos, para descansar, y un comedor donde puedan cocinar los voluntarios. Eso sería lo ideal. José Acosta, familiar.
Demasiado bien le atienden a mi paciente. Debería mejorar la limpieza de la sala de internación, de la entrada en Urgencias, los sanitarios, la limpieza en el albergue. Esa parte debería mejorar. Lorena Melgarejo, familiar.
El servicio está rebasado. Hay muchísimos enfermos. Me duele el maltrato que recibimos de personas que están ahí. Yo sé que no es en todas las guardias, pero es muy importante un buen trato. Gladys Ríos, familiar.
Hace ocho días estoy acá. Día de por medio me voy a mi casa en Benjamín Aceval para traer ropa limpia. Tengo gastos personales para mi comida. Me quedo acá para acompañarle a mi marido (internado). Narcisa Méndez, familiar.
SEGURO SIN PREVISIÓN
LAS CIFRAS
1.462.687 es el total de la población asegurada -cotizantes, beneficiarias y especiales no contributivas- del Instituto de Previsión Social, según datos del año 2021.
643.435 son los titulares que cotizan al régimen general del seguro social, es decir, aportan para las prestaciones de salud y para la jubilación.
24.725era la cifra total de recursos humanos permanentes, contratados y de confianza, según registros hasta diciembre del 2021.