Desde el lado brasileño, y ante autoridades nacionales, regionales y fuerzas de seguridad, Lula repasó el largo camino institucional que atravesó el proyecto desde su origen en 1992, cuando ambos países firmaron el primer acta de entendimiento. A lo largo de su intervención, el mandatario subrayó que el puente fue objeto de negociaciones prolongadas, licitaciones frustradas y retrasos administrativos que reflejan las dificultades históricas para concretar grandes obras binacionales.
El presidente brasileño recordó que el acuerdo fue aprobado por el Congreso en 1994 y que recién en 2005, durante su primer mandato, se retomó formalmente el proyecto. Sin embargo, la licitación inicial fracasó por diferencias en los valores y la licencia ambiental fue concedida recién en 2017. “Pasaron 26 años discutiendo esta puente”, resumió Lula, al destacar la magnitud del atraso.
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La construcción fue financiada íntegramente por el lado brasileño de Itaipú Binacional, mientras que Paraguay asumió el costo de una obra similar en la conexión entre Puerto Murtinho y Carmelo Peralta. Lula destacó este esquema como un ejemplo de cooperación equilibrada entre ambos países.
El acto se desarrolló sin la presencia del presidente paraguayo Santiago Peña, cuya ausencia fue atribuida a compromisos familiares. Según explicó Lula, la imposibilidad de coincidir en agenda derivó en una inauguración dividida, aunque simbólicamente conjunta. “Gana Brasil, gana Paraguay”, afirmó.
En el plano operativo, el mandatario reconoció que la habilitación total del puente aún enfrenta limitaciones. Del lado paraguayo resta concluir una conexión vial clave, lo que obligó a establecer un uso parcial del paso fronterizo. Por el momento, el tránsito de camiones y buses se permitirá en horario nocturno para evitar congestión en zonas urbanas cercanas.
Las autoridades brasileñas confirmaron que la Policía Federal, la Policía Rodoviaria Federal y la Receita Federal ya se encuentran preparadas para el control del flujo fronterizo, mientras Paraguay avanza con las obras complementarias necesarias para una habilitación plena.
La inauguración del Puente de la Integración marca un hito largamente esperado para la región, con impacto directo en el comercio, la logística y el tránsito binacional. Tras años de anuncios y postergaciones, la estructura comienza a cumplir su función: unir definitivamente dos países separados por un río, pero vinculados por una historia compartida de cooperación y espera.