Todas las “grandes empresas” presentaban demandas y eran ellas quienes manejaban los expedientes y llevaban los escritos a los juzgados, solo para “sello y firma”. Esto sucedía con los ujieres que debían notificar y con los propios jueces que debían sacar resoluciones.
Las notificaciones eran el centro de recaudación, según el Ministerio Público, ya que se recaudaba, sin que los ujieres hagan los viajes hasta las casas de los deudores. Ese dinero terminaba en repartija entre los jueces, funcionarios judiciales y los ujieres, según confesaron estos mismos.
Ahora está pendiente de fijarse preliminar para saber si van o no a juicio los jueces Nathalia Garcete (Juzgado de Paz de la Catedral 2° Turno) y Carmen Analía Cibils (Juzgado de Paz de La Encarnación); así como los ex jueces Lilian González de Bristot (Juzgado de Paz de San Roque) y Víctor Nilo Rodríguez (Juzgado de Paz de La Recoleta).
En este pódcast, te traemos todos los detalles.