30 sept. 2025

Paraguayas decidieron emprender al regresar del exterior

Esfuerzo y valentía, ese es el secreto de Ángela y Lis, dos jóvenes talentos paraguayos que decidieron emprender su propio negocio luego de vivir algunos años en el exterior. La primera es maquilladora, la segunda, bailarina y actriz, pero ambas lograron el éxito con la misma premisa.

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Ángela y Lis vivieron en el extranjero y empezaron de cero. Sus únicos pilares eran sus ganas y su pasión por lo que hacen.

Texto: Saira Baruja

Fotos: Fernando Franceschelli

Video y edición: Mathías Melgarejo Salum

Diseño: Mauro Collante

Las protagonistas de #JóvenesQueInspiran esta vez son dos mujeres ambas jóvenes, soñadoras, desinhibidas, talentosas y con visión de futuro.

Ángela Enrique (27) es maquilladora profesional, pero entendió que esta era su pasión después de analizar por qué le gustaban tanto los tutoriales de maquillaje en YouTube.

Vivió tres años en España donde su familia decidió ir para buscar mejores oportunidades. Limpiaba casas con su mamá, pero en sus ratos libres y en lo que invertía sus ahorros, era en cursos cortos de maquillaje.

Volvió a Paraguay, culminó la secundaria e ingresó a un plano personal confuso y existencial: no le interesaba ninguna carrera universitaria, solo quería maquillar, jugar con los colores, las facciones, las brochas, crear y soñar.

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En ese momento tomó la decisión de meterse a una escuela de maquillaje y antes de culminar ya se postuló para formar parte del staff de un renombrado salón de belleza."Yo no tenía ningún elemento de trabajo, ni una brocha”, recordó, pero con miedo y todo decidió ir a la prueba.

Quedó y en cinco años de aprendizaje y experiencias generó una importante cartera de clientes, fieles a sus servicios y a su calidad humana. Mientras tanto, ahorra para seguir invirtiendo en su maletín, imprescindible compañero de trabajo, y más capacitaciones.

El clic

“Yo no puedo seguir maquillando en una peluquería, algo más tengo que hacer”, pensó Angie, como la conocen sus amigos, y le planteó a su familia la idea que no dejaba de dar vueltas en su cabeza: quería montar su propio estudio de maquillaje.

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Con miedo, poco capital y algunas deudas contraídas, un día vio la luz "Ángela Enrique Studio”, donde además de incluir a su familia trabajó con ex compañeros quienes decidieron aventurarse con ella.

A un año del emprendimiento, el Studio, que empezó con tres personas y hoy cuenta con ocho profesionales de belleza, va quedando chico y hasta se imparten clases de automaquillaje.

“No quiero decirles que no estudien, pero el título universitario no lo es todo, lo único que importa es querer realmente hacer las cosas y hacer más que los demás, crear las oportunidades para crecer como profesional y como persona”, culminó.

La primera paraguaya en el Coco Bongo

Mientras ensayaba para un show más en el escenario del Coco Bongo, de Cancún (México), Lis Torres (27) entendió que su ciclo en el exterior había terminado, que tenía otro sueño por cumplir: tener un negocio propio, pero en Paraguay.

A diferencia de Angie, Lis sí eligió una carrera universitaria y es licenciada en Marketing, pero su pasión y para lo que se formó desde chica es el arte, puesto que también es bailarina y actriz.

Le costó formar parte del staff de uno de los centros de entretenimientos más grandes del Caribe, pero lo logró con mucho esfuerzo, lágrimas y dedicación. “Cada coreografía y cada montaje era un nuevo desafío, comentó.

Relató que la pasión que tiene por el arte sigue siendo abundante y eso mismo quería transmitir a otras personas. Así fue como concibió a LT Centro de Expresión Artística, que ya lleva nueve meses desde su apertura.

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“Vivir afuera es cada día distinto y un desafío constante porque no están mamá, papá, los amigos, hay cuentas que pagar, se pasan navidades y años nuevos solo”, reflexionó.

Pero considera que los tres años que vivió en México se convirtieron en uno de los pilares más grandes de la persona y la profesional que es hoy.

A todos los que están con la idea de emprender pero tienen miedo o algo les ataja, recomendó que no escuchen lo negativo. Contrapone la idea de los que aseguran que en Paraguay no se puede vivir del arte con la siguiente afirmación: “Soy el claro ejemplo de que se puede”.

Confirmó que sí, que es difícil, hay días buenos y días malos, pero cuando se logra lo anhelado todo lo demás pasa a un segundo plano.

“Al principio es remarla y mucho, porque como cualquier emprendimiento tiene una etapa de crecimiento, que la gente te conozca y sepa que tu trabajo es bueno”, refirió.

LT seguirá creciendo, próximamente serán incorporadas las clases de teatro y expresión artística, para asegurarse de que cada vez serán más los que salen a luchar por sus sueños.

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