08 ago. 2025

Parábola del Sembrador

Hoy meditamos el evangelio según San Mateo 13,1-23. “[La semilla] cayó en buena tierra y comenzó a dar fruto”. Quien se dispone a dejarse transformar por la palabra de Dios, no solo recibe la gracia de la conversión, sino que se hace apto para recibir la gracia de la perseverancia.

La Parábola del Sembrador es la primera de las siete que componen el discurso de las parábolas sobre el Reino de Dios en el Evangelio de Mateo, y describe los distintos tipos de tierra en los que cae la semilla echada a voleo por el sembrador. Se trata de una gran metáfora de la predicación de la palabra de Dios a lo largo de la Historia. La parábola explica por qué la misma semilla del evangelio produce efectos tan diferentes en las personas: porque cada uno la recibe según sus disposiciones.

Con los tipos de suelo que puede encontrarse la semilla al caer, Jesús resume los tipos de personas que existen. De esta manera, no solo transmite un conocimiento muy valioso sobre cómo somos, sino que también nos interpela para examinar qué podemos hacer para mejorar nuestra correspondencia. El papa Francisco lo explicaba diciendo que “nuestro corazón, como un terreno, puede ser bueno y entonces la Palabra da fruto —y mucho— pero puede ser también duro, impermeable. Ello ocurre cuando oímos la Palabra, pero nos es indiferente, precisamente como en una calle: no entra”[1].

Entre la tierra buena y la mala está también el terreno pedregoso, que coincide con “el corazón superficial, que acoge al Señor, quiere rezar, amar y dar testimonio, pero no persevera, se cansa y no “despega” nunca —sigue diciendo el papa—. “Es un corazón sin profundidad, donde las piedras de la pereza prevalecen sobre la tierra buena, donde el amor es inconstante y pasajero. Pero quien acoge al Señor solo cuando le apetece, no da fruto”[2].

Por último, está lo que cae entre zarzas, que “son los vicios que se pelean con Dios, que asfixian su presencia: sobre todo los ídolos de la riqueza mundana, el vivir ávidamente, para sí mismos, por el tener y por el poder. Si cultivamos estas zarzas, asfixiamos el crecimiento de Dios en nosotros. Cada uno puede reconocer a sus pequeñas o grandes zarzas, los vicios que habitan en su corazón, los arbustos más o menos radicados que no gustan a Dios e impiden tener el corazón limpio. Hay que arrancarlos, o la Palabra no dará fruto, la semilla no se desarrollará”[3].

Los discípulos preguntaron a Jesús por qué hablaba en parábolas. El Maestro les hace ver que predica “los misterios del Reino”. Para los hombres son difíciles de entender directamente. Por eso emplea un lenguaje figurado, con imágenes cercanas a los oyentes y que se refieren veladamente a los misterios.

En su explicación a los discípulos, Jesús dice: “al que tiene se le dará y tendrá en abundancia; pero al que no tiene incluso lo que tiene se le quitará” (v. 12). La frase nos inquieta porque parece una injusticia. En cambio, Jesús explica de esta manera que quien no recibe con buena voluntad el evangelio y la gracia, se hace incapaz para entenderlo y para recibir más. En cambio, quien se dispone dócilmente a dejarse transformar por la palabra de Dios —que eso hacían los discípulos— no solo recibe la gracia de la conversión, sino que se hace apto para recibir más gracia aún.

También sorprende la cita de Isaías que emplea Jesús: “no sea que vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón y se conviertan, y yo los sane” (v. 15). En realidad, el Señor recurre aquí a la ironía, precisamente para lamentarse de que sus oyentes están cumpliendo, con su libre correspondencia, la profecía de Isaías, a pesar del afán que tiene el Señor por salvarlos. En efecto, aunque muchos veían los milagros que Jesús hacía y tenían quizá más capacidad que los doce para comprender sus palabras, libremente hacían oídos sordos al mensaje y se sumían en una ceguera voluntaria.

(Frases extractadas de https://opusdei.org/es-py/gospel/2023-07-16/)

Más contenido de esta sección
Bono G8 debía utilizarse exclusivamente para financiar trabajos en ocho cuencas de desagüe. A casi tres años de la emisión, solo se ejecutan cuatro. Uno de ellos ni siquiera es visible en la zona.
En la reunión realizada esta tarde, autoridades del Ministerio de Salud y el Instituto de Previsión Social plantearon la unificación del listado de fármacos como una estrategia que posibilite a los pacientes oncológicos acceder a los fármacos.
La Contraloría General de la República (CGR) cuestionó por qué el Incan no reclama al Instituto de Previsión Social (IPS) los fármacos oncológicos que da a los asegurados.
Desacuerdo entre la Secretaría Nacional de Cultura y la Municipalidad de Asunción obstaculiza la ejecución de las obras que debían realizarse en el área que incluye al mirador de Itá Pytã Punta. El director de Obras recordó que el proyecto inicial fue actualizado, atendiendo al carácter patrimonial de la zona y que el costo trepó de G. 6.000 millones (parte del bono G7) a G. 35.000 millones.
La Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) suspendió la licitación debido a una denuncia con relación a los precios. Los fármacos sirven para tratar el cáncer de mama y gástrico. Apacfa advierte que esta situación podría retrasar la compra.
El caso de sarampión afecta a un niño de cinco años que no estaba vacunado y tuvo contacto con personas del extranjero que habrían tenido síntomas de la enfermedad, informó el Ministerio de Salud.