El nuevo nuncio apostólico en Paraguay, monseñor Vincenzo Turturro, desarrolló su primera homilía en este cuarto Domingo de Pascua en la Parroquia Nuestra Señora de los Milagros de Caacupemí, en Asunción.
En el inicio de prédica, agradeció a Dios por tener la dicha de conocer Paraguay e invitó a “conocer que Dios es bueno, siempre él nos manifiesta su bondad y su misericordia, siempre”.
“Yo doy gracias a Dios porque ha sido tan bueno conmigo dándome la dicha de venir a este país bendecido y conocer a este pueblo tan amable y cálido, al cual el Santo Padre, el papa Francisco, quiere muchísimo”, expresó.
Turturro siguió señalando que nuestros ojos no están tan acostumbrados a reconocer la acción de Dios en nuestra vida diaria “porque nos dejamos llevar por las inquietudes y los afanes del día a día”.
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“El amor de Dios se hace humanamente viable gracias a la presencia constante de Jesucristo en nuestra vida”, acotó.
“Si nos acostumbramos a ser indiferentes, nuestra vida va a perder consistencia, color y sabor”, advirtió y pidió tener la valentía de involucrarse y tomar compromiso en la construcción de un mundo mejor.
“Volvamos a sentir en el corazón el deseo de relaciones profundas, auténticas, compasivas, según el estilo de Cristo. Tengan la valentía de involucrarse, no tengamos miedo de involucrarnos, comprometernos a un mundo mejor, más caritativo, atento, más respetuoso, más justo y capaz de construir paz y justicia”, continuó.
Finalmente, terminó su homilía mencionando que “la relación entre el pastor y sus ovejas no tiene ninguna otra razón que no sea el amor”.
Por otro lado, resaltó la figura del buen pastor y el asalariado mencionados en el evangelio.
“¿En qué se nota la diferencia entre el pastor y el asalariado? No tanto en el trabajo que cumplen, porque los dos parecen ocuparse del rebaño, pero la diferencia está en la relación que uno y otro tienen con las ovejas”, se explayó.
Monseñor explicó que “las ovejas no le pertenecen al asalariado” y al ver llegar una amenaza “abandonará las ovejas para huir”.
En ese punto, reflexionó por todas las veces que las personas son indiferentes ante ciertas situaciones, el dolor y el sufrimiento de los demás.