El encuentro que se realiza en el Colegio Santa Terista de Jesús, en Asunción, se extenderá hasta el 17 de julio. “Queremos vivir esta semana siendo una profunda experiencia de la presencia de Dios en medio de nosotros. Un Dios que es verdaderamente el Señor de nuestra Iglesia. Ahí tenemos que apuntar nuestra mirada”, expresó Turturro.
El nuncio instó a vivir con autenticidad la vocación, recordando que “no existe misión sin vocación” y que toda actividad cristiana pierde sentido si no nace desde lo profundo del corazón llamado por Dios.
“Estamos llamados por amor a vivir el amor. Esta es nuestra vocación. Ahora, ¿de qué forma asumo ese amor? ¿De qué forma estoy llamado a dar a ese amor?”, preguntó a los asistentes.
Destacó también la importancia de la vida interior como lugar privilegiado del encuentro con Dios, en ese Espíritu que es parte de mi persona… ‘‘desde ese rinconcito de mi ser, toda mi persona está llamada a recibir luz y forma nueva”, explicó.
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En este sentido, insistió en que toda misión debe nacer del discernimiento espiritual, que es la voluntad y la disponibilidad que cada uno de los religiosos tiene de dejar hablar, ya que si todo sale solamente de los sentimientos o de las relaciones que tenemos, "¿algo se queda muy político. Y nosotros no hemos dejado todo para hacer política”.
Finalmente, subrayó que la forma más auténtica de vivir la vocación es a través del servicio, recordando el gesto de Jesús al lavar los pies de sus discípulos.
“Jesús rompe la lógica humana y dice: ‘Ahora ustedes lávense los pies los unos a los otros’. La forma del servicio nos permite devolverle ese amor a Jesucristo. No hay otra forma. Eso rompe la dinámica humana y nos pone en el corazón de Dios”.
La ceremonia fue concelebrada por el Cardenal Adalberto Martínez Flores, Monseñor Gabriel Escobar (responsable de la Vida Religiosa ante la CEP), Monseñor Joaquín Robledo (obispo de la Diócesis de San Lorenzo) y sacerdotes de varias zonas Conferpar.
Monseñor Gabriel Escobar hizo un llamado a “revitalizar y reactualizar una comunión que irradia a Cristo, una misión que crece en corresponsabilidad y a generar con autoridad y mayor participación y responsabilidad” dentro de los roles y misiones definidos.
La jornada continuó con reflexiones de panelistas que ayudaron a analizar la realidad nacional con una perspectiva crítica y un compromiso evangélico.
La Semana Nacional de la Vida Consagrada reúne a religiosos y religiosas de todo el país en un espacio de reflexión, formación y renovación de su compromiso. Este año, se orienta a redescubrir la vocación como esperanza encarnada en la cotidianidad, en medio del pueblo y al servicio del Reino, destacaron los organizadores.