CIUDAD DEL ESTE
En la Triple Frontera, donde el ir y venir de vehículos es parte del paisaje diario, las motocicletas se han convertido en protagonistas de una creciente preocupación para las autoridades. No es el ruido de los escapes lo que más incómoda, sino las cifras: Más del 50% de los accidentes graves registrados este año en los tramos urbanos de la BR-277, en Foz de Yguazú y municipios vecinos, involucraron motos, muchas de ellas con chapa extranjera, principalmente paraguaya.
Ante el aumento de siniestros, la Policía Rodoviaria Federal (PRF), el equivalente a la Patrulla Caminera de Paraguay, decidió pasar a la acción y montó un gran operativo de control en la región de la triple frontera. Desde el inicio de agosto, las intervenciones en la ruta se han vuelto más frecuentes, más rigurosas y más visibles.
Todo comenzó el sábado 2 de agosto. En conjunto con la Guardia Municipal y la Policía Militar, la PRF lanzó la Operación Rolezinho (Paseíto), una ofensiva dirigida contra encuentros masivos e irregulares de motociclistas, que muchas veces terminaban en maniobras arriesgadas, carreras clandestinas y motos fuera de norma.
Ese día, se abordaron 20 motocicletas. Tres fueron retenidas. No llevaban la documentación al día. Algunas estaban alteradas mecánicamente. “No se trata solo de multar, sino de evitar que estas motos se conviertan en una amenaza sobre el asfalto”, explicó la PRF en un comunicado oficial.
El operativo más contundente llegó el martes 5, cuando la PRF instaló un puesto de control en el kilómetro 726 de la BR-277, uno de los principales accesos a Foz de Yguazú. En apenas nueve horas, 36 motos fueron incautadas, 27 de ellas con matrícula extranjera. Paraguayas, argentinas, algunas sin patente visible.
INFRACCIONES. Hasta ayer los agentes de la PRF labraron cerca de 200 actas de infracción. Entre las faltas más comunes se encuentra la falta de licencia de conducir, documentación vencida, alteraciones mecánicas ilegales, y falta de elementos de seguridad. “Muchos motociclistas cruzan la frontera sin conocer las normas brasileñas o directamente las ignoran. No podemos permitir que eso ponga en peligro a todos los usuarios de la vía”, señala la PRF.
La BR-277 no es solo una carretera brasileña. Es parte de un corredor estratégico que conecta Brasil, Paraguay y Argentina. Por ella circulan comerciantes, turistas, trabajadores fronterizos... y también motociclistas que usan el paso internacional como vía habitual.
La PRF ha detectado que muchas de estas motos extranjeras ingresan al país sin cumplir los requisitos mínimos: No están registradas, no cuentan con seguros, y en algunos casos, son utilizadas para cometer ilícitos o realizar “paseítos” sin control.
REACCIONES DISPARES. No todos ven los controles con malos ojos. Carlos Benítez, un mototaxista paraguayo que cruza diariamente a Foz, afirma que los operativos ayudan a separar “los que trabajamos en regla de los que vienen a hacer desorden”.
Sostuvo que lamentablemente por culpa de unos pocos, muchos piensan que todos los paraguayos circulan en forma irregular en la frontera. “Estamos lo que cruzamos la frontera todos los días, respetamos las reglas de tránsito y procuramos tener todas nuestras documentaciones en regla. Lastimosamente están también los que trabajan en negro e incluso son delincuentes. Para mi este tipo de control es saludable”.
Pero otros critican el rigor. “Algunos policías no explican bien lo que falta. A veces te paran solo por tener placa extranjera”, comenta Andrés Silva, un joven motociclista argentino que asegura haber sido retenido pese a tener todo en orden.