13 may. 2024

Massa y ecos de un nuevo superministro en Argentina

El nuevo ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, no es economista, sino un abogado, hábil negociador y político de fuste, designado a modo de piloto de tormentas para evitar zozobrar en medio de una tormenta cambiaria e inflacionaria.

Para aceptar el cargo que asumió ayer y en el que se juega su futuro político y quizás la candidatura presidencial en 2023, el hasta ahora titular de la Cámara de Diputados exigió poder y se lo dieron. “No soy ningún salvador. La política no necesita salvadores, sino servidores”, advirtió cuando la prensa comenzó a llamarlo superministro.

Quedarán bajo su órbita las estratégicas áreas de agricultura y ganadería, así como desarrollo productivo, que tenían hasta ahora ministerio y decisión propios. “El nombramiento de Massa tiene dos aristas: la principal es que se integra en una persona todas las decisiones en materia económica, lo que viene a solucionar los serios problemas de coordinación, y la segunda es que permite al gobierno recuperar la iniciativa política”, señaló Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Massa, de 50 años, es el tercer ministro de Economía del presidente, el centroizquierdista Alberto Fernández.

Desde diciembre de 2019 ese puesto lo ocupó Martín Guzmán, artífice del refinanciamiento de la deuda, quien renunció intempestivamente el 2 de julio. Las tres semanas posteriores estuvo a cargo la economista Silvina Batakis, quien tomó la papa caliente pero no logró calmar los mercados ni los reclamos de aumento de ingresos de los argentinos. “Está claro que es preferible hablar con alguien que tenga poder político a hacerlo con alguien que es técnicamente solvente, pero que no tiene esa fuerza”, estimó el analista Carlos Fara.

ÚLTIMO SUPERMINISTRO. Hablar de superministro en Argentina evoca la etapa de Domingo Cavallo, arquitecto en 1991 del cambio 1 a 1 entre el dólar y el peso que estuvo en vigor 10 años, medida que tuvo que sostenerse a golpe de privatizaciones y endeudamiento, aunque el país logró una estabilidad ficticia tras registrar dos años de inflación de cuatro dígitos. Su gestión duró cinco años y medio, algo más de la mitad de los 10 que estuvo en el poder el neoliberal Carlos Menem (1989-1999), pero fue su sucesor, el socialdemócrata Fernando de la Rúa, quien lo llamó en auxilio cuando la convertibilidad hacía aguas y se profundizaba la recesión, la desocupación y la pobreza.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.